ROBOT-EXPRESS
Hipnótico: un ejército de mini-robots para repartir paquetes a toda velocidad
Está en China y es la mayor planta de procesamiento que hay en la industria del reparto de mercancías.
Desde que la revolución industrial que conformó el panorama mecanizado del siglo XX dio comienzo, la automatización de las tareas ha sido un arma de doble filo. Por un lado ha mejorado los procesos, los ha hecho más rápidos, más eficientes, y menos costosos. Por otro lado está el sacrificio del factor humano y cómo una máquina puede sustituir a lo que antes era un grupo de personas. Pero ha sido también las ganas del ser humano de tener las cosas antes, de esperar menos y de mejorar su calidad de vida un factor importante a la hora de ver cómo la robótica se ha ido apoderando de puestos de trabajo humanos.
Un ejército de mini-robots para repartir paquetes
Hoy día compramos por Internet fácilmente y nos lo envían a casa. La Red ha revolucionado el sistema de consumo, y también lo ha acelerado: lo que antes eran meses, luego fueron semanas. Y lo que eran semanas, ahora son días, e incluso a veces horas. Nos hemos acostumbrado y nos han acostumbrado a la celeridad y a la eficiencia, y en sectores como el transporte y reparto de mercancías, la automatización se está haciendo más y más presente. Un ejemplo lo tenemos en la STO, la factoría Shenton Express en Tianjin, China, una planta de procesamiento y reparto completamente automatizada que no tiene igual en el sector.
Y es que como vemos en el vídeo, hay un auténtico ejército de cientos de robots de pequeño tamaño ocupándose de llevar las mercancías de un sitio a otro, de dejarlas caer por el hueco exacto, y que vayan a la dirección exacta. Cada robot es autónomo, y cuando se le pone un paquete encima lo escanea al instante y lo lleva a la parcela que le toca. Como vemos, el factor humano es nimio, importante pero nimio. Y de hecho esta robo-armada hace el trabajo de 100 obreros especializados que antes se ocupaban de estas tareas a mano, en un ejemplo de lo que serán todas las plantas de reparto del futuro.
Las cintas de la STO llevan hasta 200.000 paquetes cada día, pero la ventaja de los robots es que pueden procesarlos todos en apenas 3 horas y media. Menos de la mitad de un turno usual. Y por si os preguntáis qué sucede cuando a uno de estos bichitos naranjas se le agota la batería, su programación les lleva a una de las bases de recarga por sí sola, sin que nadie tenga que acarrearlos. Una vez con la batería recargada, vuelven al trabajo.
Como señala el manager de la STO, Ge Zhi Zhong, “el total de los cálculos hechos por nuestro sistema automático en cinco minutos equivale al total de los cálculos de todas las operaciones de aterrizaje y despegue que se hacen al día en el aeropuerto de Beijing". Y es que, como vemos, la logística es de locura. Y lo mejor es que no es la única, ya que esta compañía tiene una segunda planta de reparto en la ciudad de Hangzhou con otro ejército de mini-bots naranjas procesando sin parar.