Los dos Schiavi de Unión Española
Hasta el año 2014, el ex zaguero de Boca Juniors Rolando Schiavi fue ayudante técnico de Martín Palermo. En diciembre, el 'Flaco' se fue de Arsenal de Sarandí para asumir como DT de la reserva del elenco xeneize. Se interrumpió entonces el lazo que surgió en 2004, cuando ambos integraron el plantel boquense, obteniendo a la sazón un torneo nacional en Argentina (2005) y además en dos oportunidades la Copa Sudamericana (2004 y 2005). Una dupla harto ganadora.
Schiavi sigue trabajando en Boca Juniors. No acompañó a Palermo en su desembarco en el fútbol chileno como entrenador de Unión Española. La amistad no ha sufrido ninguna merma, según confiesan ambos al hablar sobre su relación. Por lo mismo, no debe sorprender que ahora la impronta del ex defensor esté presente en el centro de la zaga del puntero del Torneo de Transición.
A mediados de este año, Palermo decidió que Lucas Domínguez no continuara en Santa Laura. Fue una sorpresa, porque el zaguero chileno siempre fue titular bajo su mando, haciendo dupla con el capitán Jorge Ampuero. El DT hispano optó por reformular el eje de la defensa roja. Llegaron Ramiro González, argentino con ascendencia chilena, y Ángelo Pizzorno, uruguayo proveniente del Club Atlético Cerro de Montevideo.
Se pensaba que ambos extranjeros pelearían un cupo por acompañar a Ampuero en el centro de la zaga. Pésimo pronóstico. Fue el capitán hispano quien cedió su puesto y hoy los titulares fijos son González y Pizzorno. Así, de derecha a izquierda. Dos tipos 'grandotes', fuertes, con marca recia, excelente juego aéreo, don de mando, dominio del puesto, manejo correcto de la dinámica presión-cobertura y muy resolutivos en cada acción (nada de complicarse con salir jugando desde atrás, la seguridad impera antes que todo). Dos zagueros con el mismo perfil de Schiavi, el antiguo compañero y ex ayudante técnico de Palermo.
En vista de los hechos, da toda la sensación de que el DT de Unión pretendía tal vuelta de tuerca en el corazón de la defensa desde antes. Hasta ahora, la reformulación táctica le ha dado buenos resultados. Con la dupla González-Pizzorno en casi todos los encuentros del campeonato, los hispanos hicieron historia: nunca antes, en los 84 años de Torneos Nacionales de Primera División, el cuadro de Santa Laura había llegado a 630 minutos sin que le metieran un gol.
Una de las fortalezas futbolística del líder es su gran seguridad defensiva. "Siempre estamos bien parados y controlamos al rival", ha dicho más de una vez Palermo. González y Pizzorno llegaron para calzar plenamente en cómo juegan los hispanos. El puntero emplea la concepción de juego Reagrupamiento Defensivo, la que contempla el retroceso de las líneas tras la pérdida del balón para ejercer una fuerte presión en su campo y por el eje de la cancha.
En tal contexto táctico, que la dupla rioplatense no tenga como rasgos dominantes la velocidad y la capacidad de anticipación no cobra relevancia. Su labor de máxima exigencia se concentra por el centro y en las zonas próximas al borde superior del área penal.
Allí se pueden 'florear': entre otras cosas del fútbol, ganan por presencia física, buena ubicación (uno presiona y el otro sobra siempre) y sin la exigencia de recorridos rápidos ni explosivos. Muy a la usanza del típico marcador central rioplatense, el perfil con el que alcanzó fama el 'Flaco' Schiavi, otrora compañero de Palermo en Boca Juniors.