¡Cuánta falta hacías, Mago Valdivia!
Chile tuvo cuatro opciones muy claras de gol ante Ecuador. Dos terminaron en la red y en tres de ellas hubo un denominador común: el protagonismo de Jorge Valdivia.
El Mago asistió de manera brillante a Eduardo Vargas en el 1-0. Le regaló el segundo a Eugenio Mena, quien falló de forma increíble cuando estaba solo ante Banguera. Y luego tuvo en su cabeza el gol de la tranquilidad. O sea, un 75 por ciento de las jugadas de peligro que tuvo la Roja pasaron por Valdivia.
No hay duda. Valdivia fue el jugador más trascendente del partido. Ese adjetivo no siempre se utiliza bien. Muchos lo asocian a quien anota el gol decisivo o al autor de la jugada más vistosa. Sería mejor darle ese cartel a quien siempre está en el lugar indicado y que no pasa inadvertido en los resúmenes de partidos.
Con esta actuación, Valdivia le dobló la mano al entrenador. Juan Antonio Pizzi no jugaba con un "10" y optaba por un mediocampo con jugadores de características más o menos similares. Volantes mixtos, algunos con más recorrido y gol que otros, pero ninguno con los atributos de un enganche clásico. Ese planteamiento resultó muchas veces, pero en partidos cerrados como este la lucidez se convierte en un atributo que abunda sólo en los elegidos.
Es cosa de pensar en qué ocurre cada vez que el Mago toma el balón. Se sabe que algo pasará. Le harán una falta, verá una jugada que nadie ve, sorprenderá a su marcador con un giro magistral... cualquier cosa, pero algo importante pasará.
El argumento detractor de que "sólo dura 15 minutos" o "siempre se lesiona" ya no tiene validez. Por Colo Colo suma 590 minutos de 630 posibles y ayer jugó 82' en un partido de máxima exigencia.
Ya no hay motivos ni razones para cuestionar al Mago. Por suerte, Pizzi también se dio cuenta.