Los triples de Thompson derriban las torres gemelas de los Pelicans
Los Warriors remontan 15 puntos. En los Pelicans Davis y Cousins suman 131 puntos y 58 rebotes en dos partidos.
Los Warriors no están todavía a lo que tienen que estar. No del todo. Steve Kerr anda mosca porque una pretemporada corta, la primera en esta nueva NBA que despresuriza el calendario, incluyó en su caso paso por China. Y la preparación exprés se resintió: “Todavía no estamos para jugar un buen partido completo. Estamos en el training camp aún”. Después de dejarse remontar 17 puntos por los Rockets, remontaron 15 y casi se dejan remontar 13 en Nueva Orleans. Al final, 120-128 y primera victoria del curso para el campeón. Primera de muchas, claro. De muchísimas.
La defensa de los Warriors todavía no ha aterrizado, es obvio (122 puntos les metieron los Rockets, 120 los Pelicans) pero volvió Iguodala, Green jugó tras el susto de su rodilla y Klay Thompson aseguró el triunfo con 7 triples (7/12) y 31 puntos. Stephen Curry acabó con 28 puntos y 8 asistencias y Kevin Durant, otro que está teniendo un arranque muy suave, con 22, 10 rebotes y 7 tapones. Los Warriors salieron al partido descentrados, enredados con los árbitros, con demasiadas pérdidas y ninguna concentración defensiva. Los Pelicans anotaron 7 triples en el primer cuarto (dos un ex warrior, Ian Clark) y estiraron el 39-26 del primer parcial hasta un 57-42 mediado el segundo. Después reaccionaron los Warriors, que no se pusieron por delante hasta el tercer cuarto, tras un parcial de 7-26, y que manejaron ventajas cómodas en el último (+13) antes de un pequeño susto final.
Para los Pelicans el partido dejó el mal sabor de boca de la derrota y del 0-2, pero unas buenas sensaciones que más les vale trasladar a la minigira de tres partidos que inician ahora, primera parada los Lakers en el Staples. La aportación de Holiday, Crawford y Clark (estos dos últimos 5/5 en triples en el primer tiempo) enseñó la forma en la que este equipo tan desequilibrado puede ser tremendamente peligroso. Porque el resto lo ponen sus torres gemelas nucleares: DeMarcus Cousins se enredó con Draymond Green y tuvo problemas de faltas pero terminó con 35 puntos, 13 rebotes, 5 asistencias y 4 robos. Anthony Davis, con 35+15+5+2.
Entre los dos, suman en dos partidos 131 puntos y 58 rebotes. Una barbaridad. El problema es que son 131 de 211 puntos y 58 rebotes de 100 totales de su equipo. Pero por lo visto durante muchos minutos de este partido, todavía hay esperanza en Bourbon Street. Veremos cuánta.