El legado de Guede
"¡Qué jueguen los juveniles, ellos sí sienten la camiseta!". Esa deber ser la frase más típica de los hinchas cuando su equipo está en crisis. Sin embargo, claro está que en épocas malas esa solución suele no resultar y menos en Colo Colo. La aparición de canteranos debe ser natural, más por méritos que por necesidad o populismo del entrenador de turno.
Pablo Guede, a quien le llueven las críticas por diversos temas, se ha destacado en esto. Ha sabido llevar con calma y sapiencia a los jóvenes y los ha transformado, lentamente, en elementos importantes del plantel. No están sólo para completar. Hoy pueden pelear de igual a igual un cupo entre los 11 estelares y eso no es casualidad. Es el resultado de un trabajo metódico y serio. Saber encontrar el momento justo y premiar a quienes realmente se lo merecen.
Seguramente esto también tiene que ver con la llegada de Manuel Crespo a las divisiones menores. El técnico del primer equipo pidió a alguien de su confianza y eso causó polémica, pero los hechos respaldan su elección. La Sub 19 fue campeona con el español en la banca y varios jugadores de ese equipo empezaron a sumarse a la órbita de Guede.
Hoy Gabriel Suazo (20) suma nueve titularidades en 10 partidos y su rendimiento sigue en alza. Carlos Villanueva (18) se ha transformado en el relevo natural de Jorge Valdivia y ya anotó un gol. Benjamín Berríos (19) es número puesto ante cualquier ausencia en el mediocampo y suma dos presencias desde el arranque con un buen rendimiento. Jorge Araya (23) suele ser una de las primeras alternativas de cambio. E Iván Morales (18) se ha ganado un lugar como acompañante de Esteban Paredes a punta de goles decisivos en las últimas fechas. A ellos se han sumado, en mayor o menor medida, Branco Provoste (17), Hardy Cavero (21), Luis Salas (19) y Ricardo Álvarez (18).
El caso de Morales es el fiel reflejo del tratamiento cuidadoso a este tema. Irrumpió con fuerza, anotó goles y se ganó la atención mediática, pero luego 'se le subieron los humos', aumentó de peso y su vuelta a las inferiores fue inmediata. Empezó de cero y debió soportar un largo tiempo sin ser considerado. Ni siquiera las lesiones de Andrés Vilches o los líos de Octavio Rivero con los dirigentes hicieron cambiar de postura a Guede. Ni por más que se necesitara un delantero. Hoy, seguramente, Morales ya no cometerá los mismos errores. Ya sabe que el talento por sí solo no basta.
Durante mucho tiempo se dijo que no había elementos destacados en las inferiores de Colo Colo, que no se trabajaba bien y que por eso se optaba por extranjeros de dudosa calidad o por elementos de proyección de otros equipos. Hoy queda claro que era cosa de tiempo, paciencia, trabajo minucioso y encontrar el momento justo.
¿Y si los albos otra vez pierden el título? Seguro muchos pensarán que esto no sirvió de nada, pero no es así. Colo Colo ganó casi 10 jugadores que están muy capacitados para soportar la presión y ser protagonistas en el equipo estelar. Eso no es algo menor y esconde mucho mérito.