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MÁS MOTOR

Un empresario americano tiene un circuito de F1... ¡en su jardín!

Alan Wilzig construyó una pista de 1,85 km en una casa colonial de 150 años en el estado de Nueva York que compró expresamente para ello.

Alan Wilzig con su novia de 23 años y el circuito de su casa.
Alan Wilzig con su novia de 23 años y el circuito de su casa.

Se llama Alan Wilzig y es empresario, filántropo, restaurador, antiguo propietario del banco Trust Company de Nueva Jersey y expiloto semiprofesional en Estados Unidos, y tiene un circuito de Fórmula 1 en su casa. Sí, han leído bien. Mientras que otros ya consideran un lujo tener en su jardín una piscina, una barbacoa o una simple canasta de baloncesto, este americano de 52 años puede disfrutar de una completa pista de carreras de dos millones y medio de euros a pie de su hogar en la que poder soltar adrenalina.

El circuito en cuestión está en la localidad de Taghkanic del estado de Nueva York y cuenta con 1,85 kilómetros de longitud, 12 metros de ancho, 24 metros de desnivel y nueve curvas que pueden recorrerse en ambos sentidos. Además, tiene protecciones de FoamAir repartidas por el trazado para reducir impactos, está rodeado de hierba y construido según especificaciones de la FIA, tal y como aseguran en su propia página web, Wilzig Racing, en la que se puede ver todo sobre el único circuito profesional privado del mundo.

"Es una pista de ensueño para los amantes del motor. Vas lo suficientemente rápido como para hacer que te arrugues el culo, se te levantan los vellos del cuello", dice en el 'New York Post' el excéntrico propietario del singular circuito y de una lujosa colección de vehículos entre los que cuenta 110 motos y decenas de coches, pero ninguno de marca alemana: "No necesito ver esa estrella de tres puntas (por Mercedes) cuando sé que fue lo último que vieron mis abuelos antes de ser asesinados por los nazis".

Adquirió una casa colonial holandesa de 150 años situada en el valle del Río Hudson, a 160 km al norte de Manhattan, "solo con la intención de construir un circuito", y lo consiguió tras dos años y medio millón de dólares gastados en juicios por demandas de sus vecinos. Ahora es la estrella de su propiedad de 121 hectáreas que también incluye un lago y bosques. "Ven y podrás conducir coches de la manera en la que deberían ser conducidos. No puedo pensar en nada más divertido", dice. ¿Un circuito en tu jardín? Difícil superar eso.

La finca propiedad de Wilzig en el estado de Nueva York.
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La finca propiedad de Wilzig en el estado de Nueva York.Google Maps