Los penales no son una lotería

José Luis Chilavert dijo una vez que "lo psicológico es fundamental en un penal: si el arquero se pone para que lo fusilen, está muerto. Yo les decía que me iba a tirar a un lado para meterle la duda en la cabeza".

Las definiciones por penales, como las de Vallenar y Valparaíso, no son equiparables a jugar el Loto o el Kino como durante muchos años nos han pretendido hacer creer. No sé bien si por ignorancia, flojera de no trabajar correctamente las variables de una instancia como esta o simplemente como un “cheat word“: un dicho engañoso o distractivo para los rivales.

Lo ocurrido en Valparaíso nos hace reflexionar sobre el adecuado manejo de las emociones y de la frustración. De cómo un conjunto de cerebros y mentes, que además están expuestos al contagio entre ellos mediante el proceso de las “neuronas espejo”, debe enfrentarse a la instancia de los penales cuando estaban a segundos de lograr el objetivo: mantenerse en la Primera División.

Tal vez la reacción exteriorizada por Marco Medel, que puede ser analizada como negativa en una primera mirada, trasuntó lo que en verdad muchos de sus compañeros pudieron estar sintiendo. Los demás no fueron tan evidentes y, por ende, no detectados y no “trabajados” de manera personal o por alguien externo. De acuerdo con las imágenes, el descontrol de Medel sirvió para que distintas personas intentaran ayudarlo. Entre ellos, el propio entrenador de Wanderers. La pregunta es ¿qué pasó con quienes no lo exteriorizaron y también necesitaban de herramientas para enfocarse en lo que venía?