Hernández obtuvo gran triunfo con el Celta en el derbi gallego
Wass abrió el marcador a los 3 minutos y luego Iago Aspas puso el 0-3 con un doblete. Andone recortó distancias. El Celta despega con el chileno como regular valor.
El Celta, el equipo del chileno Pedro Pablo Hernández, le tiene tomada la medida al Deportivo. Los viguenses sumaron su tercer triunfo consecutivo en el derbi gallego en el que una vez más el Iago Aspas fue el gran protagonista con un doblete de lujo que lo consagran como la bestia negra del deportivismo. La victoria le sirvió a la visita, con el volante de la Roja como titular todo el encuentro, para escalar en la clasificación y de paso ponerse por delante en la historia de los derbis. Al tiempo, condena al Depor a unas navidades en descenso y quince días de dudas, desde la composición de la plantilla hasta Cristóbal.
Los primeros que estuvieron a la altura del derbi fueron los aficionados. Apasionado recibimiento a los equipos, tifo espectacular e himno gallego a capela de las dos hinchadas para poner los pelos de punta. Y de igual modo, frenético, comenzó el partido porque el Celta tardó sólo tres minutos en ponerse por delante. Centro perfecto de Pione Sisto, el mejor asistente de LaLiga, y remate de cabeza de Wass ante una contemplativa defensa deportivista.
El jarro de agua fría fue tremendo, pero el Depor se ha acostumbrado esta temporada a ir por detrás en el marcador y mantener la fe. Y así lo hizo. Poco a poco, paso a paso, se fue adueñando del balón y del partido. Çolak, Adrián y Guilherme rozaron el empate, pero al buen hacer le falló la puntería.
La apuesta celeste al acoso eran balones largos de Rubén hacia Maxi, que una y otra vez morían en nada. Pero la insistencia tuvo premio. Un grueso error puntual, otra de las cruces de este Deportivo, iba a darle alas al Celta. Sidnei despejó mal de cabeza hacia atrás, Maxi Gómez se quedó solo y asistió para que Iago Aspas marcase a placer en el segundo palo. Tercer derbi consecutivo del de Moaña marcando, cuarto gol al eterno rival. Éxtasis celeste con su ídolo. Cataclismo en Riazor justo antes de llegar al descanso.
El marcador obligó a Cristóbal a subir la apuesta y dejó en el banquillo a Çolak para dar entrada a Andone en busca de la épica. Pero lo que se encontró fue con una nueva muesca en la culata del pistolero Aspas, que marcaba el tercero en una espectacular falta directa. El desánimo de la grada se tornaba en depresión hasta que apareció el delantero rumano para hacer el 1-3 y devolver la ilusión a la grada, que se quedó en eso, en ilusión, porque el Celta durmió el partido y se dedicó a saborear una nueva, y más que justa, victoria en el derbi.
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