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NBA

Los Cavaliers creen que LeBron perjudica para hacer números

En el vestuario se cree que prioriza sus asistencias. Y hay preocupación por la edad de la plantilla, los roles y problemas defensivos...

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Los Cavaliers creen que LeBron perjudica para hacer números
WARREN TODAEFE

Los Warriors pasaron por The Q y ni siquiera hicieron demasiado honor a la que ya es una de las grandes rivalidades de la historia de la NBA. Ganaron como podrían haber ganado en Charlotte, apretaron lo justo después de sostener silbando todo lo que los Cavs intentaron en la primera parte y dejar al campeón del Este en un 6/23 en tiros en un último cuarto de inercia exageradamente visitante. Desde el séptimo partido de las Finales 2016, el balance es 7-2 para los de la Bahía. Y lo peor es que esta vez dio la sensación de que el partido finalizó casi con alivio para los Cavs. De que habrían firmado perder por diez antes de jugar. De que ahora mismo sus dudas son tan profundas y tan existenciales que temían que los Warriors hicieran sangre a fondo.

Los Cavs empezaron la temporada 5-7 y con pésimas sensaciones. Ganaron después 18 de 19 partidos y a partir de ahí volvieron a entrar en barrena. Desde el 19 de diciembre están 3-9, suman cuatro derrotas seguidas. Y muy duras: 127-99 en Minnesota, 133-99 en Toronto, el 97-95 en Indiana en el que perdieron 22 puntos de ventaja y la visita del archienemigo de Oakland. Más: 11-12 fuera de casa, 26-17 total (proyección por debajo de las 50 victorias, algo que no le sucede a LeBron sin lockout desde 2008) y 1-6 contra los tres mejores de las dos Conferencias. Ahora mismo se les da un 27% de opciones de ganar el Este por el 26 de los Celtics y el 24 de los Raptors. Hace un mes, estaban en un 50% por el 31% de los Celtics.

Y el precio de las derrotas (y la mala imagen) no está siendo bajo: las voces más fiables y cercanas al entorno del equipo (Dave McMenamin, Joe Vardon…) han contado en las últimas horas que la crisis de fe es profunda en la plantilla y que cunde el pensamiento de que quizá este año no puedan darle la vuelta a la situación cuando llegue la hora de la verdad. Que esta vez el problema es más estructural que motivacional, que se ven obstáculos importantes en la elevada edad media, la falta de implicación de jugadores de rotación que deberían ser importantes, la poca cualificación defensiva… todo ello en año de make or break, sin noticias sobre el futuro de LeBron de cara al próximo verano y con un pick de los Nets que no se sabe si es mejor usar ya (el mercado se cierra el 8 de febrero) para que el Rey sienta que siguen siendo competitivos al máximo o guardarlo para la reconstrucción si el jugador franquicia (y mucho más, en realidad) decide marcharse al Oeste.

Peor: sus compañeros creen que LeBron está perjudicando la fluidez del ataque y la circulación óptima por su interés en acumular asistencias en su estadística. Y en el vestuario tampoco gusta que Kevin Love tenga menos tiros con la irrupción de Isaiah Thomas y que Tyronn Lue haya enredado con la rotación y con la fórmula que funcionó las últimas temporadas.

Cuando se pierde, todo son dudas y problemas. Pero lo que es un hecho es que Kyrie Irving ya no está y que, aunque Isaiah merece más partidos para hacer una verdadera evaluación de sus posibilidades al lado de LeBron, la plantilla parece más disfuncional que en las últimas temporadas. La defensa es la penúltima peor por rating de la NBA (109,3 puntos recibidos por cada 100 posesiones) y parece difícil de arreglar salvo paso por el mercado, algo que siempre han hecho en invierno los Cavs desde el regreso de LeBron: Shumpert, JR Smith y Mozgov (2015), Channing Frye (2016) y Kyle Korver (2017).

El problemas es cuánto y cómo se valora ese pick (será top 10 casi seguro, quizá top 5) de los Nets en el draft de 2018. Los Cavs sí estarían dispuesto a soltarlo por Paul George o DeMarcus Cousins pero ni Thunder ni Pelicans parecen dispuestos a negociar en las próximas tres semanas. DeAndre Jordan parece una solución obvia para los problemas de protección del aro del equipo (dramáticos) pero en las oficinas se duda de que valga esa ronda de los Nets que sin duda pediría los Clippers. Y todos (George, Cousins, DeAndre…) serán agentes libres el próximo verano, en el que nadie sabe qué hará LeBron. Así que cualquier cosa que se haga implica un máximo riesgo aunque, a estas alturas, quizá el mayor de todos sea no hacer absolutamente nada.