NUTRICIÓN

7 mitos de la carne roja

En exceso es perjudicial, pero su ausencia de una dieta equilibrada afecta a nuestras reservas de hierro y de vitamina B; en gestantes y niños pequeños es fundamental.

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Las carnes rojas aportan ácido linoleico, hierro y vitamina B.

Cada vez más gente abandona la ingesta de carne, bien por concienciación medio ambiental, por respeto a los animales, por estar en contra de los métodos de producción… pero la carne roja tiene también muchos beneficios para nuestra salud. Además de ser el plato favorito de muchos amantes de la gastronomía. Hoy te contamos 7 mitos y verdades de la carne roja

Por qué carne roja

El término se refiere al color rojo que tienen algunas carnes crudas por la mioglobina, una proteína que transporta el oxígeno al músculo.

Tipos de carnes rojas

De venado, de pichones, de pato, de ganso, vacuno por supuesto…

Propiedades nutricionales

La carne roja tiene proteínas fundamentales para nuestro organismo, como el hierro. Además de tener un alto contenido en vitamina B que ayudan al correcto funcionamiento del sistema nervioso.

Anti-oxidantes

La carne roja contiene ácido linoleico, ayuda a acelerar la recuperación de los tejidos tras ejercicios intensos y tiene funciones anti-oxidantes. Es ideal para los deportistas tras grandes esfuerzos físicos.

Alto contenido en hierro

Como bien nos han contado desde Montes de Galicia, la carne roja es importante para las mujeres embarazadas por el hierro que contienen. Además, en el caso de los niños pequeños, su cuerpo no digiere bien otras fuentes de proteínas, por lo que es necesario que coman carne roja.

Con moderación

Como todo, la carne roja también debe tomarse con moderación. De 1 a 2 veces por semana para adultos; de 2 a 3 veces por semana para los niños, una manera de que el cuerpo tenga la cantidad de hierro recomendada. El aumento de este consumo llevaría a perjudicar la salud cardiovascular, riesgo de diabetes, colesterol e incluso de infartos.

Preparación

Es fundamental para una mejor alimentación además de para evitar situaciones peligrosas, ya que la carne cuando se cocina al fuego de manera directa puede tener una reacción cancerígena; si se fríen, habrá aumento de grasa. Al vapor es lo ideal.