El liderazgo de Hoyos
Durante gran parte del último torneo del fútbol chileno se pudo constatar que la mayoría de los equipos que estaban en la zona alta de la tabla eran dirigidos por entrenadores cercanos a los jugadores.
Entre ellos estaban, por ejemplo, Hugo Vilches (Audax Italiano), Nicolás Larcamón (Antofagasta), Pablo Sánchez (Everton) y Ángel Hoyos (U). Salvo algunos matices, estos técnicos tienen en común una marcada orientación hacia relacionarse con los futbolistas.
Hoy se sabe que el liderazgo situacional no solo es deseable, sino que debe ser desarrollado y trabajado por los entrenadores en su aplicación con los equipos. Pero además, y bajo esta misma idea del liderazgo situacional, se establece que esa orientación no puede ser la única ni la exclusiva a desarrollar permanentemente.
Existe otra, que es la contrapuesta: la orientación hacia la tarea. Consiste en que el esfuerzo, la energía, la dedicación y el foco están fuertemente orientados al trabajo, más que a los aspectos emocionales, afectivos y relacionales.
Pretender que siempre una orientación sea exitosa por si misma en detrimento de la otra es un error, porque la dirección de un equipo es dinámica. Va cambiando porque los seres humanos son dinámicos, porque los resultados varían, porque los desafíos van siendo diferentes y porque en definitiva, como dice Pep Guardiola, “no todos los jugadores debe ser tratados iguales”.
Los líderes exitosos deben tener la capacidad y la habilidad (esto es algo que se puede aprender) de leer el contexto donde están liderando y comprender el requerimiento de los jugadores en un momento determinado para poder lograr sacar la mejor versión de cada uno de ellos. Esa es la premisa básica del coaching.
Desde esta mirada, el estilo utilizado por Hoyos en su llegada a Universidad de Chile fue el óptimo. El contexto con el que se encontró era de jugadores con baja autoeficacia, seguramente mínima autoconfianza y con muchas dificultades en el grupo.
Pero una vez resuelto eso, un estilo fuertemente apegado a lo emocional no sigue siendo necesariamente la “fórmula ganadora” para todos los casos. Y es aquí justamente donde el liderazgo situacional plantea que un técnico debe ir ajustándose permanentemente.
Una frase muy usada en el fútbol es “lo que aprendió Juanito en el colegio, no lo aprenderá como Juan”. La cita es desafortunada para explicar que, en verdad, los líderes pueden desarrollarse, ser dinámicos y modificables ante entornos justamente cambiantes, como el fútbol. Por lo tanto, Hoyos debe aprender a leer el contexto en el que hoy está la U y entender que probablemente los requerimientos de sus jugadores son otros en estos momentos.