Celta sin 'Tucu' Hernández cayó ante Girona como visita
El punta rojiblanco Portu hizo el 1-0 en una acción de estrategia y catapulta al Girona hacia Europa. Julen Lopetegui vio desde el palco de Montilivi al murciano y a Aspas.
Este Girona va en serio. Se levantó como un ‘grande’ tras el tropiezo en el Camp Nou y pasó por encima del Celta a base de fútbol y corazón. Lo que le encumbró fue la estrategia y un Portu que sigue en estado de gracia. El triunfo permite al conjunto rojiblanco acercarse a Europa y, a la espera de que este miércoles siga la jornada, es séptimo.
Antes del inicio del encuentro la atención estuvo en el palco. Julen Lopetegui se acomodó para ver en directo a Portu y a Iago Aspas y el primero deslumbró. Mostró todas sus cartas ante el Celta: desequilibrio, velocidad y gol. Ya suma 11 tantos en lo que se lleva de curso y el último llegó en una acción de estrategia. Es una de las armas del conjunto rojiblanco y salió a la perfección. Tras un córner, Planas prolongó el balón al corazón del área y ahí lo recogió un Portu que no falló. Rubén Blanco pudo hacer algo más porque se lo doblaron las manos. El 1-0 aún dio más alas al Girona y se puso a dominar la posesión ante un Celta que no acabó de encontrar a Jozabed y Wass. Aspas fue más coraje y empuje que acierto y Maxi Gómez cayó una y otra vez en fuera de juego. La defensa rojiblanca estuvo impecable y Bono apenas tuvo que aparecer bajo el foco para detener las acometidas de un conjunto olívico que no estaba cómodo. Borja y Ramalho gozaron de tímidas ocasiones, pero los gerundenses no lograron hacer el partido más cuesta arriba a su rival.
Ya en la segunda mitad, el Celta apareció mejor en escena y se adueñó de la posesión. Eso sí, cuando el balón le llegó a Emre Mor el ritmo se aceleró y en más de una ocasión mostró las costuras de una zaga rojiblanca que al final detectó cómo controlarle. Con el paso de los minutos el Girona guardó la posición y tenía bastante con la pizarra de su técnico para crear peligro. Ramalho tuvo el 2-0. Eso sí, su carácter competitivo le impidió dejar de atacar y, en el 85’, Lobotka tocó el balón con la mano dentro del área. El árbitro interpretó que no hubo intención. No lo echaron de menos al final.