Los mil caballos del nuevo propulsor de Mercedes
El tiempo de Hamilton con medios en Barcelona demostró la potencia. Ferrari busca ese nivel y Renault prima la fiabilidad.
La primera mirada del periodista finlandés fue de reojo, casi un acto reflejo. En fin, Lewis Hamilton se había puesto primero y batía en ese momento el mejor registro que tenía Stoffel Vandoorne. El belga había hecho su tiempo con los nuevos hiperblandos y lo lógico sería que el inglés llevase los superblandos o algo similar... pero cuando el enviado especial a los grandes premios del Helsingin Sanomat, algo así como el Mensajero de Helsinki, se dio cuenta de que el campeón llevaba los medios lo dijo: “Lo han vuelto a hacer”.
Y es que esa es la sensación, quizá precipitada, que dejaron los primeros test de Barcelona, que Mercedes vuelve a tener el mejor coche. En este caso, más allá de su espectacular aerodinámica y un chasis a la altura de los mejores, además han construido un nuevo motor, mejor que el anterior y que llega a los mil caballos de potencia. Lo explicó en su día el máximo responsable de esa unidad de potencia, el británico Andy Cowell: “Hemos tenido diversas ideas para mejorar la potencia en el motor, reducción la fricción en casi todas las áreas de la unidad de potencia o las pérdidas en los sistemas eléctricos”.
En Mercedes, también debido a la extraordinaria ventaja que tenían estos años, han podido seguir investigando durante el año para construir ese propulsor. Así lo explicaba el ingeniero: “Cuando llega el momento de fabricar el siguiente concepto tienes una gran cantidad de ideas interesantes: progreso en la combustión, reducción de la fricción, nuevos materiales que desbloquean áreas en los que la fiabilidad ha podido fallar….y luego está la sorpresa, ese momento en el que descubres algo que te da algún caballo más, un extra, aunque estuvieras mirando en otra dirección”.
Vemos que sobre todo han conseguido disminuir la fricción, es decir la resistencia al movimiento entre dos cuerpos donde al menos uno está en movimiento. Si se reduce la fricción entre los pistones, por ejemplo, se reduce también el consumo de combustible y también de aceite y de esa manera se puede aumentar la potencia disponible, algo vital en la F1 actual con el límite de flujo restringido. Además se evita el desgaste de las piezas del motor, en un año en el que el límite es de tres unidades por temporada.
Para conseguirlo en Mercedes disponen de la más alta tecnología tal y como también explicó Cowell: “Necesitas un gran banco de pruebas, con sensores que funcionen muy bien y una buena metodología para detectar realmente las ganancias reales”.
Según nuestras fuentes y teniendo en cuenta que también han mejorado en el apartado eléctrico con un máximo de 163 caballos, se estima que el motor de combustión llegue, al menos, a los 837 para completar los mil que prometían en la escudería y que parecen haber alcanzado.
Mientras, Ferrari espera a la segunda semana para saber si toda su evolución sirve para plantar cara a Mercedes, Red Bull ya exige más potencia a Renault, que busca fiabilidad, y McLaren está dispuesta a sacrificar un cuarto motor pese a la posible sanción por más rendimiento, los alemanes ya se inspiran en ese tiempo con neumáticos dos segundos más lentos el último día de Barcelona. Esta semana, más.