La polémica que envuelve a Bale tras clasificación del Madrid
Se fue al camarín mientras sus compañeros saludaban a los hinchas del Madrid que acudieron al Parque de los Príncipes. Otra muestra de desconexión...
Gareth Bale no está para fiestas. En el Parque de los Príncipes, como sucedió en la ida en el Bernabéu, fue suplente contra el PSG. Zidane apostó por el trabajo y el sacrificio de Lucas Vázquez y dejó al galés en el banquillo. Una decisión que el jugador tenía más o menos asumida, pero esto no suavizó su desencanto. Después del pitido final de Fellix Brych, todos los jugadores del Real Madrid acudieron a saludar a los aficionados blancos desplazados al estadio parisino. Todos, menos Gareth Bale. Mientras sus compañeros agradecían el apoyo a los seguidores madridistas, el de Cardiff se marchó, cabizbajo, a los vestuarios. Una nueva demostración de su desconexión del grupo (en 14 minutos, disparó una vez a puerta, no recuperó ningún balón, perdió uno y dio 20 pases).
Esta decepción por no salir en el once en otra gran noche del Madrid ya pudo verse en la ida, en el Bernabéu. Aquel día, en el que Zidane optó por Isco y no por él, Bale fue captado por las cámaras bostezando en el banquillo. Después, estuvo lento a la hora de quitarse en chándal para entrar al campo. Y, finalmente, no atendió a la llamada de Ramos al final del partido para agradecer el apoyo al Bernabéu. Con la mirada abajo, también se fue al vestuario. “Bale no estuvo contento con su suplencia en la ida contra el PSG”, desveló Giggs, su seleccionador, después de haberse reunido con él en Madrid. Después quiso arrojar agua: “Pero luego le he visto feliz porque después ha jugado”.
Zidane le dio la titularidad al partido siguiente, contra el Betis, pero le sustituyó en el minuto 73 tras mostrarse desconectado: en 73 minutos no recuperó ni una pelota, sólo completó un regate y tuvo mala suerte en dos remates en el área (Adán le hizo dos paradones). “Ha hecho su partido”, resumió el entrenador marsellés de forma lacónica la participación de Bale en el Villamarín. En Butarque volvió a ser suplente (incluso se marchó al vestuario mientras se estaba jugando la primera parte), lució en su vuelta al once ante el Alavés (marcó un gol), pero contra el Espanyol pichó como nueve de referencia. Ayer, volvió al banquillo en un partido de altura.
Gareth Bale (28 años) vive sus momentos más difíciles desde que fichó por el Madrid en 2013 a cambio de 101 millones de euros. Tanto que, tal y como publicó As el pasado 18 de febrero, su futuro está más lejos que nunca del club blanco a pesar de que tiene contrato hasta 2022. Esta eliminatoria contra el PSG le ha dejado marcado.
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