Entrevista AS | Gabriel Silberstein
Silberstein recuerda su notable triunfo por Copa Davis en Argentina
Hace 23 años, el ex tenista derrotó a Franco Davín en el mítico Buenos Aires Lawn Tennis Club. "Era mi ídolo, un referente", cuenta quien en un comienzo llegó como sparring a la serie.
Gabriel Silberstein es uno de los últimos tenistas chilenos en ganarle un partido al número uno de Argentina en el mítico Buenos Aires Lawn Tennis Club. Fue el viernes 3 de febrero de 1995, cuando derrotó a Franco Davín por 6-2, 6-2 y 7-5. El destino quiso que fuese así. Esto porque hasta el miércoles de esa semana, era el sparring de la escuadra nacional.
"Yo iba como quinto jugador, y en ese tiempo el equipo oficial era conformado por cuatro. Fui a entrenar y estaba preparado, bien de salud, algo que en mi carrera siempre me costó. Tuve la suerte entre comillas que (Sergio) "Checho" Cortés y Felipe Rivera se lesionaron", recuerda el ex tenista en conversación con AS Chile.
"Estaba jugando muy bien, en los entrenamientos le gane al 'Chino' (Ríos) y a (Pedro) Rebolledo. Y el miércoles (Patricio Cornejo, capitán del equipo) se decide dejar fuera a Felipe, al que creo que le dolía la muñeca. Esa noche me dicen que jugaría. Yo no llevaba ropa de competencia, llamé a mi casa para que me la llevaran", agrega.
-¿Cómo tomó la noticia?
Es que jugar en ese club místico e histórico, ante Argentina y en Copa Davis... ¿qué más clásico que eso?. Esa noche dormí no tan bien. Pero después llegué con otra cabeza.
-¿Fue complicado darse cuenta que pasó de ser el sparring a uno de los protagonistas de la serie?
Para nada. Resolví el problema. No me produjo ningún cambio. Yo no estaba de acuerdo en que fuera el quinto jugador. Me sentía con el tenis para jugar el singles. Había dos jugadores con mejor ránking, pero en mi interior sabía que tenía mejor nivel. Debía aceptar la decisión del capitán no más. Nunca me enojé ni nada. Para mí fue una oportunidad. Sabía que mi tenis era mejor, pero el ránking en el tenis es el que hay que tomar en cuenta, porque representa lo hecho en un año, no es como el fútbol.
-¿Qué recuerdos tiene del partido?
Tuve la suerte de ser amigo con Franco y lo conocía. Él entró a la cancha más relajado de lo que debió entrar. Yo entré a comérmelo. Desequilibré el partido desde el comienzo. Quebré al segundo juego de su saque y jugué muy bien.
-¿Las condiciones de Buenos Aires le favorecían a usted?
Sí, de todas maneras. Me encantaba jugar en arcilla y al nivel del mar. Siempre rendí mejor en esas condiciones. Además, tuve la gracia que el entorno no me comiera. El sábado jugué dobles contra (Javier) Frana y (Luis) Lobo, la quinta mejor pareja del mundo y logré enfrentarlo bien. Hubo un momento en el que yo comencé a jugar muy bien y Franco falló mucho. Dentro de la cancha pensé en extender ese momento del partido a mi favor.
-¿Habló alguna vez del partido con Davín?
Después del partido. Antes no tuvimos mucho tiempo por los pocos días previos, pero siempre tuvimos mucha confianza. Era mi ídolo, un referente, siempre hubo respeto entre ambos, nunca una broma o un apuesta.