El brillante partido de Valdivia que le da vida a los albos

Jorge Valdivia entendió desde el comienzo como tenía que jugar Colo Colo ante Delfín en Manta, y así se jugó. El 'Mago' tenía el partido en la cabeza, y lo manejó a su tiempo, a su ritmo, alineando al resto del equipo a lo que él quería hacer.

"Este plantel cuando más presión tiene, mejor juega", había dicho el técnico Héctor Tapia en la previa del encuentro. La frase parecía arriesgada dado el panorama que enfrentaban los albos en Ecuador, sin embargo, Valdivia la representó fielmente.

Desde el inicio el 'Mago' pareció a otra velocidad. Mientras los ecuatorianos lucían descarriados, incapaces de quitarle el balón e imponer el físico por sobre la técnica, el '10' se las arreglaba para evadir las patadas, mientras entregaba pases que siempre construían una jugada.

Una habilitación a Paredes que se estrelló en el palo, un pase rápido que inició la jugada del gol de Valdés, un arranque en el área que derivó en la falta del portero, el penal que convirtió en Paredes y la expulsión de Geovany Nazareno. Todo eso hizo el volante de Colo Colo en sólo 45 minutos. 

Lo peor para Delfín es que el 'Mago' no se cansó nunca. Ni siquiera con el resultado a favor y los locales rendidos. Durante la segunda parte se exhibió en su faceta más invisible: el pase corto, la distribución a lo largo de la cancha, la pausa, el cronometro en su cabeza.

Las cifras también explican su impecable presentación. Según Opta, Valdivia hoy ganó 30 duelos individuales (91% de efectividad), la mayor cantidad para un jugador en Copa Libertadores desde el 2013 (y 10 más que cualquier otro jugador).  

Valdivia jugó un partido perfecto y a los rivales sólo le quedó observarlo. Incapaces de quitarle la pelota, intentaron hacerlo por la fuerza, pero el 'Mago' esquivaba, entregaba, y seguía pasando. El partido lo ganó Colo Colo, pero Valdivia lo ganó antes en su cabeza.