U. Católica-U. de Chile
Moya y sus clásicos recuerdos: "Le hice goles a los dos"
El ex delantero que jugó en la UC y en la U, compartió con AS Chile sus vivencias de los clásicos universitarios. "Son partidos que pueden variar en cualquier momento", indicó.
Rodolfo Moya está dentro de la lista de los jugadores que vistieron la camiseta de Universidad de Chile, Universidad Católica y Colo Colo, si de algo sabe es de clásicos.
"Ojo que por los dos les hice goles al rival", recuerda de entrada en relación al clásico universitario de este domingo, el ex delantero y hoy concejal por la comuna de Concón en la Región de Valparaíso.
Formado en Everton, llegó muy joven a Universidad Católica, y ahí disputó su primer clásico universitario. Fue derrota eso sí por 3-1 y el anotó el descuento el año 1998. mientras que anotó el 2-1 en la victoria por 3-2 de los azules el 2003.
- ¿Cuáles son sus mejores recuerdos de los clásicos universitarios?
- Siempre es un partido distinto, con más gente, con mucho más ruido mediático porque todos quieren saber qué pasa en la previa de éste. Uno como jugador lo empieza a sentir, a vivir, algo que ocurre desde chico, en que uno siempre quiere estar en los equipos grandes y tener la oportunidad de ser protagonista en un clásico.
- ¿Y en la cancha es diferente?
- Estando dentro de ella te olvidas de todo. Lo único que quieres es ganar y ponerte a correr detrás de la pelota.
- ¿Cómo recuerda el gol por la UC contra la U?
- Fue un remate cruzado, recuerdo que venía saliendo de una lesión. Perdimos ese partido, pero le hice el gol a (Sergio) Vargas. Era muy joven.
- ¿Y el que hizo por la U?
- Con la U llegábamos sin ganar el clásico universitario por años. Marcos Gonzalez y Faustino Asprilla hicieron los otros goles, a mí me tocó hacer el 2-1. Faustino se mandó el control orientado y le ganamos 3-2.
-¿Qué le queda hoy de estos partidos?
- Las emociones que quedan por la diferencia del partido y la trascendencia. No tengo arrepentimiento en ninguno de los que jugué. Del fútbol tengo sólo recuerdos lindos. La única diferencia es cuando pierdes sin actitud, porque siempre hay un rival al frente que se la juega toda igual que tú.
- ¿El clásico duele más perderlo o no?
- Claro, eso sí. Están todos viéndolo y hay más trascendencia de todas las jugadas. Uno quiere ganar todos los partidos, pero más aún los clásicos, una final o cuando estás peleando algo importante. Cuando no eres capaz de hacerlo, hay un poquito de decepción deportiva, pero siempre te queda la sensación de que dejaste todo en la cancha.
- ¿En qué lado disfrutó más el clásico? ¿Se vive diferente en la U y en la UC?
- Es difícil. Creo que va más en la edad en que lo enfrenté en cada uno de los equipos. En la U lo jugué mucho más maduro, tenía 23 años mientras que en la Católica tenía recién 18, y por ejemplo en Colo Colo lo hice a los 27. Son etapas diferentes de tu vida, en las cuales uno por la edad y la madurez que vas teniendo vas tomando no sólo los partidos, los clásicos, si no que la vida de otra manera.
- Llegó muy joven a Universidad Católica desde Everton ¿cómo vivió eso?
- Me fui allá a los 17. Cuando llegué ahí y compartir camarín con Jaime Pizarro, Javier Margas o Miguel Ramírez que había llegado, jugadores que fueron campeones de la Copa Libertadores, que para nosotros era el máximo sueño, porque hoy podemos ver la Champions, pero en esa época tenías sólo fútbol local. Así, enfrentar un clásico con ellos era una responsabilidad tremenda.
- ¿Cómo ve el clásico del domingo?
- Llegan claramente con realidades distintas, pero un clásico es un clásico. Las ganas son distintas, y además, ocurre que te pueden estar pasando por encima, viene uno último en la tabla y el otro primero, pero en este tipo de partidos cometiste un error en un ataque y te anoté de contragolpe, y después te gané el partido. O te metiste atrás y te empaté y cambió el partido.
- Como le pasó a la U con Colo Colo...
- Justamente, que no había hecho nada Colo Colo, le llegó una vez y le ganó el partido. Son situaciones que ocurren muchas veces y por eso este tipo de partido merece otro tipo de concentración.
