RUNNING

Si quieres que tus hijos hagan running, espera a los 5 años

Antes de los cinco años los niños no tienen la suficiente coordinación y se exponen a lesiones. Nunca deben entrenar más de 3 días y siempre variando el ejercicio y que el juego sea el protagonista.

El running para niños debe practicarse con moderación y con la base del juego.
Ole Jensen
Laura Martin Sanjuan
Cosecha del 81. Licenciada en Periodismo. Desde 2017 en Diario AS. Si hay un directo, estará tecleando. Sino, estará buscando una entrevista, un destino por descubrir o un personaje al que conocer.
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Cuando leímos que los niños empiezan a sufrir lesiones de ligamentos a edades tempranas por la presión del deporte saltaron todas las alarmas. Los niños deben jugar, entrenar sí, pero con supervisión profesional y sabiendo que se están formando y están en crecimiento.

A raíz del boom del running, muchos padres quieren sus hijos también realicen esta actividad. Es perfecto, pero no antes de los 5 años y siempre variando entrenamientos, ejercicios y con la base del juego.

Según afirma Roberto Crespo, instructor del Club de Corredores de Zagros Sports, “la edad adecuada para empezar a practicar running con niños son los 5 años. Antes de esta edad el cuerpo de los menores no ha alcanzado el desarrollo físico ni la coordinación suficientes para correr diariamente, ya sea con la familia o en un club de deporte”, explica.

“Practicar esta actividad física a edades demasiado tempranas supone un alto riesgo de sufrir lesiones y puede afectar al crecimiento de los pequeños. A partir de los 5 años, el running a intensidad moderada acerca a los niños al deporte y refuerza su sistema respiratorio y cardiovascular”, relata.

Cómo preparar a los niños para correr

Entre los 5 y los 7 años enseñar a los niños una buena técnica de carrera ocupa un segundo lugar. El objetivo principal de la carrera es que disfruten del deporte y lo interioricen como un hábito positivo.

Diversión y juegos: “la imaginación tiene que ser una constante en el entrenamiento de los niños. La creatividad para ingeniar juegos será clave para mantener a los pequeños motivados y activos. El establecimiento de ciertas directrices en el juego irá encauzando a los niños al cumplimiento de las reglas. Así como perder en el juego será un refuerzo de su la tolerancia a la frustración”.

Variedad constante: “en la medida de lo posible, se tienen que buscar nuevos escenarios donde salir a correr. La novedad hará más interesante el entrenamiento para los niños. Lo mismo ocurre con los circuitos que combinan carreras con pruebas de habilidad y coordinación. La repetición lleva a los menores al aburrimiento y abandono por lo que es necesario buscar ambiente y actividades distintos con los que se sientan motivados”, cuenta.

Aprendizaje: “en un ambiente lúdico es posible enseñar a los niños a controlar sus diferentes capacidades físicas. Un ejemplo de ello es la velocidad. Aunque el impulso de los niños es correr a la máxima velocidad posible, en circuitos más largos pueden ir aprendiendo a controlar el esfuerzo para llegar a la meta sin cansarse por el camino”, clave para el futuro.

Refuerzo positivo: “sobre todo para los niños más pequeños, entre 5 y 7 años, cobra una mayor importancia relacionar el deporte con un refuerzo positivo, ya sea un premio físico o la actitud de los padres. A posteriori, el trabajo diario debe ir reforzado por un discurso que realce la importancia del deporte para el cuidado de la salud y como hábito saludable. Los niños de más edad irán así interiorizando los beneficios de una actividad que, además de cuidarles, les divierte”, hace especial hincapié.

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Distancias adaptadas: “según la edad de cada niño habrá que adaptar los entrenamientos a sus necesidades. A los más pequeños les bastará con correr mientras juegan, ya que se cansan en largas distancias. Además, el organismo de los niños está preparado para esfuerzos cortos e intensos, por lo que la sesión de juegos debe tener momentos de recuperación y descanso”, resalta.

“Entre los 7 y los 9 años, según la forma física de cada menor, pueden empezar a correr entre 1.000 y 2.000 metros. Siempre a un ritmo moderado y sin superar los límites del cuerpo para evitar lesiones y sustos”.