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Disfrutar a Niemann

Ignoro si fue sólo una feliz coincidencia o mérito de algún gerente programación con buen ojo, pero hace un par de meses el cableoperador al que estoy suscrito eliminó el canal de la Fórmula Uno y lo remplazó por la señal para Latinoamérica de Golf Channel. Más allá de las preferencias personales, la modificación no pudo llegar en mejor momento, ya que coincidió con el desembarco en el PGA Tour de Joaquín Niemann, este joven chileno de 19 años del que hasta hace solo unas semanas el 99 por ciento de sus compatriotas no había oído hablar y al que muchos todavía se refieren como “ese cabro chileno bueno pa’l golf”.

Pero para los que siguen el deporte, para los que siguen TODOS los deportes, esta irrupción de Niemann en uno de los circuitos más reputados y millonarios del planeta es una verdadera bendición y acerca a Chile a un mundo que hasta ahora parecía muy lejano.

Es difícil dimensionar lo que ha hecho Joaco hasta ahora sin estar demasiado interiorizado de cómo funciona el PGA Tour. Podríamos decir que ver a un chileno brillando en torneos del PGA Tour era tan impensado como ver a un compatriota jugando en un gran equipo de la NBA y sería correcto, pero las similitudes entre ambos deportes son prácticamente nulas, por lo que comparación llega hasta ahí. Tal vez sea mejor tomar como punto de referencia el tenis, un deporte cuya estructura es mucho más familiar para los chilenos y que tiene varios puntos en común con el golf.

Tras ser el mejor amateur del mundo, “Joaking” pasó al profesionalismo hace un par de meses y está jugando su quinto torneo en dicha condición en el tour principal: en el primero fue “top ten”, luego no pasó el corte en dos certámenes y la semana pasada volvió a estar entre los diez primeros. Esta semana está entre los líderes en el Memorial Tournament. Eso es como que un tenista pasara en cosa de semanas de estar jugando en juveniles a estar llegando a las rondas finales de los ATP, sin haber pasado por torneos futuros y challengers. Impresionante.

La comparación no es ciento por ciento precisa, porque ambos deportes tienen transiciones distintas y en el golf no es algo inédito pasar de ser amateur al PGA Tour sin escalas, pero lo que sí es muy poco frecuente es tener de inmediato los resultados que Niemann está logrando. Y en cualquier deporte es difícil. Volvamos al tenis: prácticamente a la totalidad de los jugadores –incluso los mejores- les toma un par de años llegar a los torneos grandes y un tiempo adicional empezar a ganarlos. Recuerdo el caso de un jugador que dejó de ser junior a fines del ’98 y un par de meses después ya era capaz de llegar a cuartos de final en Rotterdam y Marsella. Recuerdo también su nombre: Roger Federer.

Entonces, ¿podemos esperar ver a Niemann ganando torneos del PGA Tour a corto plazo? La verdad es que tiene un potencial tan grande y condiciones técnicas tan acordes con ese circuito (partiendo por su impresionante drive, que es un requisito fundamental para destacarse en los torneos estadounidenses, a diferencia de los del Tour Europeo, en los cuales es más importante el juego corto) que no se puede descartar nada, pero lo lógico es esperar que primero se asegure la tarjeta para seguir jugando el próximo año estos torneos.

Lo que creo que hay que hacer es disfrutar de ver a Niemann en estos torneos luchando mano a mano con los mejores. Pasó (y vuelvo al tenis) que cuando Chile ha tenido grandes deportistas, a veces es más lo que sufre con ellos que lo que se aprecia verlos compitiendo en las grandes ligas. Con Marcelo Ríos, Fernando González y Nicolás Massú muchas veces ocurrió que se vivía en un estado de estrés permanente, sufriendo porque perderían un puesto en el ranking, enojándose porque no ganaban un partido que debían ganar… Niemann no va a pasar el corte muchas veces en su carrera, otras tantas perderá un torneo por un golpe, muchas veces fallará un putt que le habría significado un gran triunfo; pero también muchas veces nos tendrá colgados a la televisión al atardecer del domingo, entreverado entre los mejores. Si no hay enfermedades, lesiones graves o algún problema personal que lo saque de foco, el PGA Tour podría ser su hogar por veinte o treinta años más. Mucho tiempo para disfrutar de tener a un chileno metido entre los grandes.

Una cosa más: el muy probable éxito de Niemann no significa el fracaso de los demás. Si llega a ser uno de los mejores diez golfistas del mundo, si llega ser el número uno, incluso, y otros coetáneos en otros deportes no logran destacarse tanto, esos otros atletas chilenos no son malos, fracasados, perdedores ni “un invento”. No todos pueden estar entre los mejores del mundo y hay muchos que igual merecen ser valorados.