ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Hernández

Agachar el moño y trabajar

La victoria ante un rival mundialista como Serbia no da para descorchar nada. A esta altura ni siquiera vale la pena lamentarse por no ir a Rusia.

Agachar el moño y trabajar
ANDRES PIÑA/PHOTOSPORT

No estuvo fácil el fin de semana con tanto partido internacional preparatorio para la copa del mundo. No fue sencillo ver el furor que despertó el regreso de Paolo Guerrero y su doblete ante Arabia Saudita ni la reaparición goleadora de Neymar o incluso la controversia que desata el amistoso de Argentina ante Israel. Todos los clasificados están en modo mundial mientras que Chile juega partidos de bajo impacto en Europa.

No queda otra. Hay que agachar el moño y trabajar. Desde abajo, con compromiso, convicción y asumiendo que la Roja está en una transición que apunta a dar tiraje a la chimenea a un alto porcentaje de jugadores porque si bien la Copa América de 2019 es un desafío importante el objetivo final es clasificar al Qatar 2022. Una carrera de largo aliento donde la renovación es el único camino.

El rayado de cancha de Reinaldo Rueda al prescindir de los más veteranos del proceso anterior no tiene vuelta atrás. Independiente del espaldarazo a ciertos futbolistas queda claro que el límite etario es la generación del Mundial Sub 20 de Canadá, con algunas excepciones. Esos casos, contados con los dedos de una mano, se explican en la vigencia de jugadores como Beausejour, pero el técnico colombiano seguirá testeando a los relevos correspondientes.

Esa búsqueda se ha expresado con nitidez en la gira. En el arco, Rueda probó a Collao y Arias y no sería de extrañar que ante Polonia ataje Cristopher Toselli. La Roja tiene un problema no resuelto porque el caso Bravo está lejos de arreglarse y Herrera, con 37 años y una lesión crónica en la espalda, puede ser el dueño del arco en el corto plazo, pero nada garantiza que llegue a Qatar. Este lunes, Gabriel Arias dio un paso importante para convertirse en el portero que Chile necesita. A los 30 años está en plenitud física, tiene fundamentos sólidos, ganas como pocos y tiempo para adquirir experiencia internacional, su mayor déficit.

El triunfo ante Serbia, que convengamos jugó con el freno de mano cuidándose para la copa del mundo, permitió constatar que Paulo Díaz será el lateral que le discutirá el puesto a Isla, que Roco y Maripán debieran consolidarse como la dupla de centrales –para Rueda la altura de los zagueros no es irrelevante– y que la banda izquierda continúa siendo un tema pendiente. Albornoz aporta la disciplina y dinámica propia de su formación en la Bundesliga, pero no brinda la salida que el equipo requiere.

En la zona de los volantes, Reyes ganó bonos y Pulgar sumó minutos aunque sin brillar. El jugador del Bolonia debe asumir un rol más protagónico después de su gran temporada en el Calcio. El atenuante es que viene gastado, pero en un contexto en que un alto porcentaje del grupo proviene del fútbol chileno o mexicano, el ex Antofagasta tiene que ser capaz de marcar la diferencia. Su capacidad y madurez demandan ese liderazgo.

Entre los de arriba, los chispazos de Valdés no alcanzan para elaborar un análisis concluyente. En el segundo tiempo, cuando Sagal y Fernández se acomodaron mejor, el volante del Morelia se mostró más activo y asoció con ambos de manera más frecuente. Necesita confianza y rodaje. No es fácil, de la noche a la mañana, ser el volante creativo del bicampeón de América.

Para ser el 9 de Chile hay que ganárselo. Y Rueda está haciendo competir a Mora, Henríquez y Castillo. Mora, estuvo errático en el primer tiempo, fue sorprendido fuera de juego un par de veces, pero tiene una viveza natural que le permite entender el juego y sacarle ventaja a un Henríquez que mientras no concrete una buena campaña difícilmente va a rendir en la Roja. Es cuestión de confianza. Con todo, Castillo tiene, más allá de su expulsión ante Rumania, terreno ganado. Y haber fichado por Benfica lo acentúa.

La victoria ante un rival mundialista como Serbia no da para descorchar nada. A esta altura ni siquiera vale la pena lamentarse por no ir a Rusia. Lo que le cabe a este proyecto es avanzar, dar pasos tangibles y hacer un trabajo de renovación serio independiente de lo que opine el medio. Porque Rueda, con sus sistemas, lógicas y manejo de crisis, es el técnico que tenemos. El elegido para que la Roja tenga opción de defender el título de la Copa América y clasifique al mundial del 2022. Esta gira por Austria es solo la fase inicial de un largo proceso.