Salenko, Schillacci... Los héroes inesperados de los Mundiales

En algunas oportunidades, las Copas del Mundo han sido una caja de sorpresa en cuanto a las figuras del certamen. Futbolistas que no se encontraban en la consideración de nadie irrumpieron con rendimientos sobresalientes y se instalaron entre los mejores del torneo. Después, sus vidas continuaron como siempre, retornando al segundo plano, y lo realizado en los Mundiales fue solo un gran recuerdo para muchos.

Oleg Salenko

El delantero ruso ostenta el récord de la mayor cantidad de goles anotados en un partido de la Copa del Mundo. Lo alcanzó en Estados Unidos 1994, frente a Camerún, con cinco tantos. Luego, Salenko anotó otra cifra y se alzó como el artillero del certamen, junto a Hristov Stoichkov. A continuación no enrieló su carrera con pasos por Escocia, Turquía, Polonia y el ascenso de España.

Salvatore Schillaci

Comenzó su carrera en los años 80 en las Series B y C del fútbol de Italia. Pero consiguió llegar a la Juventus junto con su paso a la selección azzurra. Entonces, en 1990, Schillaci comenzó el Mundial en casa como suplente. Cada vez que ingresó anotó y se ganó la titularidad. A la postre fue el goleador del torneo con 6 tantos. Después, su carrera otra vez decayó y la parte final la desarrolló en el fútbol japonés.

Fabio Grosso

El lateral izquierdo de la selección italiana que ganó el Mundial de Alemania 2006 recién había debutado en la Serie A cuando fue convocado a la Azurra. Sin embargo, conquistó la titularidad durante todo el certamen. En semifinales, ante el local, Grosso brindó el triunfo con una cifra en el minuto 118. Por el duelo por el título definió la serie de lanzamientos penales contra Francia con la última ejecución para el 5-3 final. Tras la Copa del Mundo pasó al Inter de Milán, pero no logró repetir el notable rendimiento mostrado en el Mundial.

Rustu Recber

Después de Corea-Japón 2002, Juventus, Barcelona, LIverpool y Manchester United compitieron por fichar al arquero de la selección de Turquía. Finalmente, el cuadro catalán de quedó con su carta, pero no le fue bien. La actuaciones deslumbrantes en un combinado nacional que conquistó el tercer puesto en Asia no volvieron a repetirse. Entonces, el mejor guardameta de esa Copa del Mundo debió retornó a su país, actuando en los equipos importantes y en la selección nacional.

James Rodríguez

Antes del Mundial de Brasil de 2014, el colombiano era un jugador promisorio en liga de segundo orden de Europa. Había pasado por el Porto de Portugal y actuaba en el Mónaco de Francia. Pero el buen campeonato que cumplió la selección sudamericana (quedó eliminada en cuartos de final por el Scratch), convirtiéndose en el goleador del torneo con 6 tantos, lo puso en primer plano. Rodríguez fichó en el Real Madrid y pasó a la élite de futbolistas que militan en los principales clubes del Mundo. Hoy, comparte camarín con Arturo Vidal en el Bayern Munich.

Martin Dahlin

El sueco anotó cuatro goles en la espléndida campaña de los escandinavos en Estados Unidos 1994. Su faena resultó clave para que el equipo europeo obtuviera el tercer lugar en el torneo. Fue una de las figuras del Mundial y luego realizó pasos por Italia e Inglaterra, pero no volvió a brillar como en el certamen estadounidense. Dahlin se retiró del fútbol, en 1999, cuando solamente tenía 31 años.  

Papa Bouba Diop

Hizo noticia en 2002 al convertir el primer gol de la Copa del Mundo Corea-Japón. Entonces, Senegal superó por 1-0 a Francia, campeón defensor del título. El buen triunfo fue el comienzo de un excelente paso de los africanos por el evento. Llegaron hasta los cuartos del final y fueron la escuadra revelación del campeonato. El delantero fue crucial en su elenco y anoto 3 goles (2 a Uruguay y el otro a los galos). Después transitó por Grecia e Inglaterra, en equipos de segundo orden.