Bélgica sufre ante Japón y avanza en la agonía
Los belgas lograron dar vuelta un 0-2 para acceder a la ronda de los ocho mejores. Ahora jugarán frente a Brasil en cuartos.
Al borde del precipicio, ante una Japón estupenda, Bélgica se levantó con una remontada frenética. De perder 0-2 en el 69’ a abrazar el triunfo en un contraataque vertiginoso culminado por Chadli. Parecía que otra vez no se podría despojar del sambenito de la eterna aspirante, pero se rehízo de sus ruinas para dejar en la lona a una selección nipona admirable.
Nunca fue inferior Japón. Salió apasionada, con las líneas adelantadas y arrinconando a Bélgica hacia su propio campo. Kagawa cosió el fútbol por dentro e Inui le secundó por fuera. Practica un estilo dinámico, que compagina asociaciones en corto y en largo que la convierten en una selección difícil de descifrar. Avisó Kagawa nada más comenzar tras un despeje equivocado de Carrasco, aunque su remate pecó de blandura.
La animosidad nipona tendió a los de Roberto Martínez, pero nunca le llegó a importunar del todo. Compensó el inicio Bélgica con la salida más fácil y efectiva. Lukaku como boya y primer generador. El delantero engaña por la singularidad extraña de sus movimientos. Parece un jugador de técnica reducida, pero su ventaja física y entendimiento del juego desmienten sus limitaciones. Tuvo él la mejor ocasión en un centro clínico de Mertens, pero se atropelló en el área pequeña. Los diablos rojos rondaron la portería de Kawashima carente de elocuencia. Japón, bien atornillada, resistió el envite casi sin rasguño alguno.
En un Mundial que ha puesto en duda la posesión de balón como filosofía victoriosa, Bélgica nunca ha disimulado sus intenciones. Le va la marcha más que a nadie. Ya era así con Wilmots. Roberto Martínez depuró el modelo con la presencia de Meunier y Carrasco como carrileros largos. El plan se le queda corto en ocasiones. Ni con De Bruyne en la medular ha podido rectificar sus deficiencias creativas. En transiciones pocas seleccionones aúnan su talento y velocidad, pero palidece en los ataques posicionales.