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¿Por qué los croatas son una colonia numerosa en Chile?


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Club Croata de Iquique

A los chilenos no les llamó la atención en su momento que animadores del Festival de Viña del Mar se llamaran Vodanovic y Tomicic. Tampoco que el presidente de Colo Colo fuera Dragicevic ni que hubiese seleccionados chilenos Peric y Mirosevic. Hoy es lo más normal del mundo que dos disputados, Boric y Mirosevic, de los extremos sur y norte del país, respectivamente, sean líderes de la nueva hornada parlamentaria. Los apellidos croatas son desde hace bastante rato parte del paisaje chileno.

Tal como pasa con los apellidos italianos, alemanes o palestinos -del tipo Caszely, Kunstmann o Massú-, los balcánicos se fueron integrando a lo largo de los años, dejaron de llamar la atención y han llegado a tener gran figuración a nivel país. Uno de los hombres más ricos de Chile es Andrónico Luksic, de origen croata, pero su historia no es única. Hace un siglo, uno de los grandes millonarios chilenos era Pascual Barburizza, también originario de la región de Antofagasta y a quien se le recuerda por el lujoso palacio de Valparaíso que está emplazado en el... Paseo Yugoslavo.

Del mismo modo, el deporte chileno tuvo y tiene a grandes figuras con descendencia croata.

Primero a la Pampa

La migración de yugoslavos a Chile tuvo varios períodos, pero se inició en la segunda mitad del siglo XIX. En esos tiempos, la región de Croacia era la frontera del imperio austro-húngaro con el turco. No era un lugar tranquilo para vivir.

Seducidos por las perspectivas que abría la explotación del salitre, muchos llegaron a Iquique y Antofagasta para sentar el primer bastión en Chile. Allí se reunieron con inmigrantes ingleses, estadounidenses y chinos para dar forma a la explotación del caliche.

Cuando el oro blanco dejó de ser negocio, dejaron la Pampa y se establecieron en Iquique, Pisagua y especialmente en Antofagasta, donde se dedicaron al comercio y los servicios.

La conquista de Magallanes

Con el estallido de la primera guerra mundial, la migración más numerosa llegó a Magallanes. El destino original era el sur de Argentina, pero la perspectiva de prosperidad que despertaba el naciente puerto de Punta Arenas, parada obligada de reabastecimiento para los barcos que viajaban entre Europa y California, los hizo cambiar de rumbo. La apertura del Canal de Panamá hizo que varios cambiaran de rubro y se dedicaran a la ganadería ovina y, al igual que sus paisanos llegados a la Pampa nortina, al comercio y los servicios.

¿Por qué la mayoría de los yugoslavos llegados a Chile son croatas? Por la inestabilidad sufrida a lo largo de la historia. A principios del siglo pasado fueron aliados de los nacionalismos totalitarios y, tras la segunda guerra mundial, pasaron a formar parte de Yugoslavia, en donde los serbios, sus archienemigos, eran quienes tenían el poder y además debían convivir con bosnios, eslovenos, macedonios y montenegrinos. Eso los motivaba a buscar nuevos rumbos y, con familias ya asentadas en Chile, nuestro país fue uno de los destinos predilectos.

Se estima que el 95 por ciento de los yugoslavos llegados a Chile eran de Croacia y que actualmente unos 400 mil chilenos tiene origen croata. Una buena parte de ellos provienen de islas del Adriático (como Brac y Mimica, entre otras) y de la costa de Dalmacia. Croacia existe como país independiente recién desde 1990.

Al igual que sus vecinos del frente italianos, los croatas honran a la familia y son aclanados. En sus mesas no falta el vino tinto ni el aceite de oliva. Y, por supuesto, la sobremesa es larga y conversada. Algo que es coherente con las organizaciones que han ido dejando por estos lados: el club Croata de Iquique, el Club Deportivo Sokol de Antofagasta, el Estadio Croata de Vitacura y la Bomba Croata de Punta Arenas.