Courtois lidera la lista del Mundial de los porteros
En la hora del duelo, la que viene apenas termina una Copa del Mundo, una buena terapia es ponerse a hacer recuentos. El duelo por el Mundial de Rusia será más doloroso porque fue una muy buena Copa del Mundo. Para mí, la mejor desde México 86.
No sé ustedes, pero a mi me tiene aburrido seguir escuchando los 'conceptos' que repetían hasta el hartazgo la semana pasada: el mundial de la pelota parada, el mundial del VAR y el trencito de los ingleses, etc. Hay algo de lo que no he leído mucho y que me gustaría rescatar: el extraordinario desempeño de los arqueros en Rusia 2018. En ese ítem, también es el mejor desde México 86.
¿Por qué? Porque no fue uno o un par, si no que hubo varios porteros destacados. De esos que consiguen que los hinchas propios y seguidores imparciales se paren del asiento asombrados ante una portentosa contención.
Es habitual que uno recuerde uno o dos arqueros por Copa del Mundo (Luis Gabelo Conejo y Goycochea en Italia 90; Preud'Homme en Estados Unidos 94; Kahn y Marcos en Corea Japón 2002; Buffon en Alemania 2006; Casillas en Sudáfrica 2010 y Keylor Navas en Brasil 2014). México 86 nos había regalado antes las acrobacias y solvencia del belga Jean-Marie Pfaff, el alemán federal Harold Schumacher, el marroquí Ezaki Badou, el soviético Rinat Dassaev y el francés Joel Bats, todos en un solo torneo.
El generoso torneo ruso dejó un ramillete de excelentes guardavallas comandados indiscutiblemente por Thibaut Courtois.
A los arqueros no se les puede medir con números. La cantidad de paradas no es proporcional a la calidad, porque depende de la defensa que posea. Mi mejor parámetro, subjetivo e inmedible, es la capacidad de mostrarse como invencible ante el rival. El tipo que hace que los delanteros del adversario se agarren la cabeza y digan "¿cómo diablos le meto un gol?".
El belga es el mejor, por lejos, con una sobriedad y eficiencias notables. El meta del Chelsea no es un show de piruetas ni puñetazos. Es sobrio, se ubica bien y le da la plasticidad suficiente a su 1,99 metro de humanidad para cubrirle el objetivo a los atacantes.
Lo siguió el joven inglés Jordan Pickford, uno que no tiene mucha pinta de arquero, pero que es el mejor que ha mostrado su país en 48 años. Desde el legendario Gordon Banks, para ser más exactos. Más atrás aparece el veterano Hugo Lloris, quien tuvo un desempeño muy bueno, eclipsado en parte por la chambonada de la final. Lo del francés puede ser comprensible por la moda actual, donde pareciera ser más importante que el arquero revalide a cada rato que es bueno con los pies antes de su función original: atajar con las manos.
Otro destacadísimo, que hizo lo que más pudo pero que solo no podía llevar a su selección a cuartos de final fue Karsper Schmeichel. El danés tuvo un desempeño sobresaliente. El croata Danijel Subasic rememoró a Sergio Goycochea al tapar en dos definiciones seguidas y llevar a su equipo a semifinales. Memo Ochoa, el iraní Alireza Beiranvand y el "De Gea coreano" Ho Hyun-Woo, quien destacó más que su alter ego, también supieron de días de inspiración.
Un párrafo de homenaje para el tunecino Mouez Hassen, quien se quedó fuera de la Copa del Mundo tras un tapadón ante Inglaterra que le costó lesionarse el hombro después de haber estado solo... 15 minutos en la cancha.