Así debe jugar Colo Colo
Fue extraña la sensación en el Monumental luego del triunfo de Colo Colo por 1-0 frente a Corinthians, por la ida de octavos de final de la Copa Libertadores. La alegría no fue desbordante, a pesar de que la victoria dejó al Cacique con la mejor opción de avanzar a la etapa siguiente, debido a que el marcador debió ser mayor. Si hubiese terminado 3-0 para el local, a nadie le habría sorprendido.
El que sí debe estar muy tranquilo de cara a lo que viene, y no solo en la Libertadores, es Héctor Tapia. Finalmente, el entrenador de los albos dio en el clavo con el sistema de juego a emplear para que el plantel llegue a su máximo rendimiento. El esquema 1-3-4-1-2, estrenado con éxito funcional ante los brasileños, es lo óptimo para los albos y sería descabellado que Tapia lo eche al desuso.
Matías Zaldivia, Julio Barroso y Juan Insaurralde deben estar siempre en la cancha, al margen del nombre y el recorrido que exhiben en sus carreras. Barroso es juicioso en el plano táctico, posee buena lectura de juego y luce mejor 'sobrando' que saliendo a 'romper' en la última línea. Está pintado para actuar en el centro del trío de zagueros. Zaldivia, por hiperactividad defensiva, e Insaurralde, a raíz de su manejo y oficio, funcionan bien en el mano a mano frente a los atacantes rivales.
El eje del mediocampo, que ante Corinthians formaron Carlos Carmona, Claudio Baeza y Jorge Valdivia, mantiene la lógica moderna de dos volantes centrales respaldando la labor creativa de un enlace.
Esto es vital para el Mago: lo vuelca esencialmente a la generación de juego ofensivo (la especialidad de la casa del experimentado mediocampista). Solo posee la obligación de pararse delante de ambos '6' en la fase de recuperación del balón, cumpliendo una labor disuasiva y de retardación. Así preserva sus energías.
Los hombres clave en el 1-3-4-1-2 son los carrileros. Ante los brasileños cumplieron con esta labor Óscar Opazo y Damián Pérez. Lo hicieron adecuadamente, en particular el primero.
Deben recorrer los más de 100 metros de largo que tiene la cancha. Retroceden hasta el fondo para defender con línea de cinco. Se instalan en el sector medio con el objeto de actuar como apoyos externos y así abrir el juego. En ofensiva se convierten en punteros a fin de atacar con cuatro hombres, dada la presencia del doble '9'.
En el Monumental, las acciones elaboradas de mayor riesgo que gestó Colo Colo tuvieron a Opazo y Pérez como protagonistas. El 'Torta' envió el centro que culminó en el gol de Carmona, quien se desprendió de la zona de contención para apoyar en ofensiva respetando el tips de avance de uno de los '6' para darle mayor volumen al ataque. Pérez participó en dos llegadas al arco de Corinthians, en las que pudo perfectamente anotar. Solo le faltó más fe para haber terminado festejando.
Como los carrileros se transforman en punteros, uno de los centrodelanteros puede bajar algunos metros, involucrarse en la construcción y luego aparecer por sorpresa en ataque. Lo anterior está pintado, tácticamente hablando, para Esteban Paredes. Esto es parte de su juego y contra los brasileños así se dio.
Lucas Barrios actuó un poco más arriba, de punta, y en momentos tuvo más espacio para sus característicos carrerones. La línea ofensiva osciló entre tres y cuatro componentes, lo que es funcional para la dupla de centrodelanteros del Cacique.
Los hechos futbolísticos, propiciados por la decisión de Tapia de utilizar el sistema táctico 1-3-4-1-2, dejan en claro que así debe jugar Colo Colo. Por ahora, no hay dudas.