Lo de Jarry no tiene precio
Lo que está viviendo Nicolás Jarry es algo que el idioma inglés sintetiza en una palabra: priceless. En español requiere de más de una palabra. Es un concepto parecido a "no tiene precio" o "no se puede comprar". Es una experiencia, un buen momento. Como aquellos recuerdos de la vida que se transforman en inolvidables y que, aunque tuvieras todo el dinero del mundo, no podrías obtener así como así. Hay una campaña publicitaria que aprovecha el concepto y lo presenta muy bien.
Más allá del puesto 46 del ranking ATP en singles y de los 671 mil dólares recaudados esta temporada, motivo suficiente para estar feliz, Nicolás Jarry ha logrado algo que va más allá del juego: el reconocimiento explícito de sus pares. No solo el dinero y la posición en la orden al mérito del tenis profesional masculino le recuerdan a diario que transita por el buen camino. Hoy son los referentes actuales de su deporte, quienes probablemente también sean los mejores de la historia, quienes le cuelgan medallas.
La Copa Rod Laver, torneo que comienza hoy en Chicago y que organiza la empresa Top 8 de Roger Federer, tendrá al chileno como uno de sus participantes. El capitán del Resto del Mundo es ni más ni menos que John McEnroe, quien dedicó elogiosas palabras al nieto de Jaime Fillol. Anote los tres nombres: Laver, McEnroe y Federer. Con ellos se anda codeando Nicolás Jarry.
Al torneo no se accede por ranking. Es por invitación. Y los requisitos para estar ahí son ser buen jugador y algo más. Que Nicolás Jarry aparezca allí significa que pertenece a la categoría de aspirante a figura del circuito ATP. No es poco, porque talento hay y bastante en el tour. Varios de esos candidatos son de países mucho más relevantes que el nuestro en los mapas del marketing y negocios deportivos. No es pituto ni simpatía. Ni tampoco porque Chile hace poco tuvo un número uno del mundo, un doble campeón olímpico y el jugador con la derecha más poderosa del circuito. Es mérito de Jarry.
Aunque en Chile algunos lamenten que Nicolás Jarry sea reserva en la Laver Cup y que aún no haya ganado títulos ATP -y lamentablemente se les dé más bola de la que merecen-, el andar está dando sus frutos.
Si a Jarry le tocara saltar a la cancha del United Center será maravilloso, pero ya es fantástico que esté sentado allí sin siquiera sacarse el buzo. Para muchísimos tenistas de todos los países y de todas las épocas, llegar a esa instancia sería algo que... no tiene precio.