Ediciones
ADN RadioConcierto Radio
Resultados
Síguenos en
Hola

Este es otro Tapia

Me tocó ir al primer partido de Héctor Tapia como entrenador de Colo Colo en octubre del 2013 ante Cobreloa. Se había acabado una segunda etapa negra de Gustavo Benítez y 'Tito', sindicado como el entrenador del futuro, fue el elegido para tomar a un plantel que estaba a la deriva.

Lo que más me impresionó en ese encuentro fue que se notó de inmediato un sello, una forma de juego, una idea. Es verdad que mejorar lo que se veía de la mano del DT paraguayo no era tan complejo, pero hacerlo con sólo un par de días de trabajo tenía mucho mérito.

Mostró su buen ojo al cambiar los roles de la banda derecha: retrasó a Gonzalo Fierro para que sea lateral y José Pedro Fuenzalida comenzó a ser puntero. La apuesta le resultó y de muy buena forma.

Además, impuso como idea central el salir jugando. Miguel Riffo era el encargado de trabajar ese aspecto y muchos minutos de las prácticas estaban destinados a pulir y ensayar distintas formas de comenzar el juego desde atrás. Con esos detalles e innovaciones, más refuerzos de jerarquía, logró la esquiva estrella 30. El equipo jugaba bien y prueba de ello es que en ese torneo ganó 13 de 17 partidos. También fue, por lejos, el equipo más goleador con 45 tantos.

Hoy, cuatro años después, el que está en Macul es otro Héctor Tapia. Salvo en un par de buenos planteamientos 'de chico a grande' en la Copa Libertadores, se le vio nublado y confundido en gran parte de sus decisiones.

¿Cuál es el sello de su oncena? Nunca ha quedado verdaderamente claro. No es un equipo ofensivo ni defensivo, no sale jugando desde atrás -no quiero decir que eso sea esencial- pero ese era uno de sus sellos y los errores en sus cambios eran permanentes, poco claros, enredados. Por ejemplo, en los mejores partidos de Óscar Opazo por derecha, solía cambiarlo a la izquierda durante los segundos tiempos. O en Brasil ante Palmeiras. El equipo iba perdiendo, necesitaba remontar la serie y puso a un defensa como Felipe Campos cuando se lesionó Baeza. Mientras, Barrios naufragaba entre la defensa brasileña.

Hoy exhibe un pobre rendimiento del 42,7% y en el torneo nacional el equipo ya no asusta. Ni gana. Sin duda, este Tapia estuvo muy lejos de ser el de la primera parte. Y eso se demuestra no sólo con números.