La redención de los 'rústicos' de la U

Hace un par de meses, Rafael Vaz y Rafael Caroca lideraban la lista de los jugadores prescindibles de Universidad de Chile en la reingeniería después de una temporada discreta. Sin embargo, transformaron la indiferencia y burlas en elogios. Fue un giro tan silencioso como inesperado.

El caso del brasileño grafica todo lo que odiamos de las redes sociales. Llegó desde Brasil con estigma derechamente de 'tronco' y poco confiable. Y esos motes le siguen acompañado hasta hoy. "A pesar de lo limitado que es, se las arregló para ser figura", leí en más de un comentario tras el clásico universitario. Pese a que en la cancha se le ve alejado de esas caricaturas, el mito persiste, lo que demuestra lo mal que se ve el fútbol en este medio y lo influenciable que es el hincha del Twitter.

El zurdo tiene sus ripios, pero si es capaz de meter un cambio de frente de 40 metros, sacar todos los ollazos que meten al área, o mostrar liderazgo para empujar al equipo en malos momentos, tan malo no debe ser. Lo critican porque revienta mucho la pelota, pero es preferible eso a que trate de salir jugando irresponsablemente en situaciones bajo presión. No da para pensarlo dos veces, al parecer. El golazo de Paredes a la U en el Nacional también lo dejó marcado. Lo acusan de haberse comido el amague del delantero. Que tire la primera piedra el defensa de Primera División que nunca haya quedado pagando ni una sola vez ante el zurdo colocolino.

Caroca, en tanto, le debe su redención a Frank Kudelka. Después de largos meses jugando a cuentagotas y fuera de su posición -Yeferson Soteldo le dio un baile cuando al curicano lo alinearon como lateral-, por fin hubo alguien que se iluminó para colocarlo en su puesto natural de '6' clásico. Pasó de ser un 'jugador limitado' a pieza clave en el despertar de los azules.

Pregúntenle a un tal Marcelo Díaz si la posición no es fundamental para el desarrollo de un jugador. Apareció en la U como improvisado lateral derecho, pero cuando lo movieron al mediocampo -su posición natural- se transformó en un crack. El volante que antes estuvo en Colo Colo e Iquique se 'bancó' todas las malas de manera estoica. Hoy disfruta de una dulce revancha.