La exótica aventura de la figura curicana por la Liga de Kuwait
Ricardo Blanco estuvo seis meses en el Al Qadsia. Allá conoció el segundo mall más grande del mundo y vivió situaciones insólitas para el mundo occidente. "El hombre anda adelante y la mujer atrás", describe.
Después de cuatro años retirado y trabajando como repartidor de pan árabe y en una vulcanización su padre, Ricardo Blanco encontró en Defensores de Belgrano de Villa Ramallo una nueva oportunidad en el fútbol. Su buen nivel lo llevó a All Boys, cuadro en el que también destacó dentro de la cancha, pero afuera sufrió por problemas económicos. Cuatro meses sin cobrar hicieron las cosas muy difíciles. "En Argentina no llegábamos a pagar las cuentas", confiesa a AS Chile. En ese momento apareció el Al Qadsia de Kuwait.
"Aceptamos con mi mujer la propuesta por seis meses para tener algo el día de mañana. Era una muy buena económicamente hablando, por eso fuimos. Necesitamos estar bien, porque uno tiene hijos y ya no está solo. Ya éramos una familia y había que pensar en los hijos".