Los méritos de la U
Universidad Católica tiene la primera opción al título porque depende de sí misma en las dos últimas fechas del Torneo Nacional. Sin embargo, Universidad de Chile quedó a dos unidades y, contra todos los pronósticos, está en la lucha por el título. ¿Tiene algún mérito más allá de aprovechar la oportunidad que entrega un torneo muy irregular?
Claro que sí. Por más que se menosprecie a la Liga criolla y que se indique que la U está peleando sólo gracias a que los demás son más malos, en ningún lado es fácil ganar de manera consecutiva. Y los azules lograron dos rachas importantes de triunfos.
Ya nadie se acuerda que, tras perder en el debut ante Unión Española, la U de Ángel Hoyos ganó siete partidos al hilo entre febrero y abril. Vino la derrota ante Colo Colo en el Superclásico, el desastre en La Calera y la humillación en Brasil por Copa Libertadores. Hoyos se fue y todo pareció derrumbarse.
Pasó Esteban Valencia y llegó Frank Kudelka, quien después de varios meses al mando y sobre la base del 'ensayo-error', encontró los jugadores y el funcionamiento a fines de septiembre, justo antes de que la UC quedara a 10 puntos de Universidad de Chile (51 contra 41).
Después de la fecha 24, durante los primeros días de octubre, Universidad Católica venció a Colo Colo y quedó muy lejos de los azules, quienes habían derrotado a duras penas a La Calera y soñaban con alcanzar un puesto a la Copa Libertadores.
Casi dos meses después, la Católica sumó apenas cuatro unidades y Universidad de Chile 12, incluída la victoria sobre la UC. Los 10 puntos se esfumaron y hoy la diferencia es solamente de 2.
El Torneo Nacional no tiene la competitividad de otras ligas pero, en ese escenario, la U logró meterse en la pelea gracias a sus méritos. Ganó los partidos que debía, logró recomponerse de la debacle de mediados de año y aprovechó los descuidos del resto en momentos clave. De eso se trata el deporte competitivo.
Católica tiene la primera opción de ser campeón. Si la U le arrebata el título, será un justo ganador, gracias a los méritos propios que van más allá del azar.