Hernández
¿Y por qué no?
Esperemos se concrete. Verlo jugar en serio de nuevo será toda una experiencia.
El anuncio de Marcelo Ríos en el diario La Tercera de volver a jugar un torneo profesional después de 14 años abre múltiples interrogantes y comentarios, pero no hace más que estar en línea con su historia. La de un tipo impredecible, que se mueve por desafíos constantes, por retos rompen la inercia, que lo sacan de la inmovilidad, que lo sitúan muy lejos del conservadurismo que caracteriza a muchos cuarentones de su generación.
Durante un buen tiempo las metas del Chino estuvieron en el tenis y, más allá de que uno lamente de que con sus tremendas condiciones no se haya mantenido por más tiempo en la elite, las fue cumpliendo una a una. Primero como número uno del mundo Juniors, luego al alcanzar el primer lugar del ranking ATP y, finalmente, alcanzando el tope de la clasificación entre los veteranos. Como dirían graciosamente los tenistas de antaño, trifásico positivo.
Cada vez que puede, Ríos recuerda su paso por el tour de veteranos de la ATP fue casi como un juego de niños. En rigor, tiene razón, en 2006, solo un año y medio después de jugar su último torneo profesional en el Challenger de San Luis de Potosí ganó el circuito con holgura, comodísimo, mirando para atrás.
Hoy, entusiasmado por su baja de peso, envidiable estado de forma y esa capacidad única para pegarle a la bola cree que es capaz de ganar un campeonato, de ser el mejor de los 48 jugadores que se anoten en el Challenger de Columbus, en enero próximo. Depende de una invitación que le está tramitando Patricio Apey, ex agente de Gaudio y Murray y actual representante de Mischa Zverev. Si la obtiene, será noticia mundial en el ámbito del deporte, como le gusta. A fin de cuentas, está en su ADN, es su esencia.
En 2010, a los 42 años y después de su quinto intento tras volver temporalmente a las pistas, Thomas Muster logró ganar un partido en un challenger. Venció al esloveno Borot Puc (570°) por 6-3, 6-1 en la primera vuelta de Ljubljana antes de ser eliminado por el italiano Alessio di Mauro (173°). Ríos, cree que puede a la primera y convertirse en el “jugador más viejo”, según sus propios dichos, en ganar un torneo. ¿Por qué no intentarlo? ¡Está en todo su derecho!
La referencia de Muster hay que tomarla en cuenta, pero no es decisiva. Ríos tiene condiciones técnicas superiores al austríaco y más en cancha dura. Ahora, la comparación con el ex Rey de la Arcilla no es parámetro. El análisis, si el proyecto del zurdo se concreta, debe estar en el nivel de los rivales, en cómo vencer a jugadores más jóvenes, con ritmo, con una velocidad de pelota más alta y mayor movilidad. Esperemos se concrete. Verlo jugar en serio de nuevo será toda una experiencia.