ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Ironman: sobrevivir pese al antagonismo del cerebro

Actualizado a

El Ironman de Pucón es una de las pruebas deportivas más duras que se realizan en nuestro país. Son 70,3 millas de un exigente despliegue físico y técnico en tres modalidades deportivas: la natación (1,2 millas), ciclismo (56 millas) y el trote (13,1 millas).

Competir en una instancia deportiva como esta no sólo implica estar preparados desde el punto de vista físico. También debe entrenarse la mente para que acompañe al deportista en toda la prueba.

La mente, que son nuestros pensamientos y emociones, puede influir fuertemente en el cerebro, el primer gran rival de un triatleta. El cerebro está programado para sobrevivir y será siempre ese “rival” que tratará de impedir que se lleve a cabo este gran esfuerzo. Al cerebro le preocupa más la sobrevivencia que la felicidad. Por ello, el entrenamiento mental es de vital importancia para resetear al cerebro. De esta manera, la primera gran característica desde lo psicológico que deben poseer los triatletas es la capacidad de cambio y adaptación. En un mismo evento se debe tener la capacidad para desarrollarse bien en tres modalidades que exigen distintas habilidades técnicas. Y que supone el desarrollo de habilidades psicológicas diversas.

Un factor mental que cruza transversalmente todo el Ironman es la motivación. Sin ella es muy difícil que un triatleta pueda llegar a algún lado o tratar de esforzarse para lograr su máximo resultado. La motivación es la verdadera reserva anímica para sobreponerse a la dureza de este deporte y convencer al cerebro que colabore en esta tarea. En los momentos de gran cansancio, de fatiga o de mucho dolor, el motor que se construye desde la motivación ayuda a soportar estas condiciones.

Mark Allen, otrora ganador de esta prueba, ha declarado que “con el tiempo empecé a darme cuenta que lo que me impedía ganar no era una carencia de mi cuerpo, sino que era una carencia de mi mente”. Él logró darse cuenta que lo que le impedía ganar era la imposibilidad de acallar lo que él llamaba “su mente occidental” que le transmitía pensamientos negativos durante la carrera. Entrenar la comunicación o diálogo interno es fundamental. Por ser una prueba extenuante, la comunicación juega un rol fundamental para motivarse y tomar las decisiones adecuadas en todo momento. También hay que tener control sobre los pensamientos negativos y pesimistas que merman la autoconfianza durante la competencia.

Por lo tanto, es necesario que el triatleta desarrolle la capacidad de programar su cerebro, identificando y controlando los pensamientos irracionales y reemplazándolos por aquellos que generen acciones y conductas positivas.

El adecuado entrenamiento mental no sólo permitirá que la cabeza no sepulte a un deportista, sino que será un aliado confiable para llegar al límite máximo del esfuerzo deportivo.