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COLO COLO

La historia del médico cubano que trabajó 15 años en Colo Colo

Rafael Gutiérrez se vinculó el 1995 a Colo Colo casi por casualidad. La relación terminó en enero de este 2019. El profesional cuenta con qué DT tuvo más problemas y revela episodios desconocidos del club

La historia del médico cubano que trabajó 15 años en Colo Colo

Rafael Gutiérrez (57) asegura que jamás olvidará el momento en que aterrizó a Chile por primera vez: "Fue un 2 de abril de 1998, a las 22:20 horas", relata. El médico dejó Cuba por una casualidad para trabajar en Colo Colo, donde permaneció durante 15 años entre dos periodos.

La historia parte así: "El 1995 era jefe médico de las selecciones cubanas de fútbol, desde la Sub 15 hasta el equipo nacional. Colo Colo viajó a hacer su pretemporada y me mandaron a atenderlos porque era primera vez que llegaba un club profesional a Cuba, entonces todo el mundo estaba corriendo porque no sabía qué hacerles", recuerda el médico de Clínica Meds.

- ¿Llevó al plantel a la Bodeguita del Medio?
- (ríe) No, no. Con los jugadores no salgo. Es ley. Además fueron casi dos semanas de trabajo con gente que no conocía. ¡Y Gustavo Benitez tenía un carácter...! Ahí recién conocí a Yates, Tapia, Neira, Cordova y Zuñiga, entre otros. ¿Si disfrutaron de Cuba? Estaban en un hotel cerca de la playa (ríe). Pero era una pretemporada.

Colo Colo intentó contratarlo de inmediato para viajar a Chile. Sin embargo, los trámites para que Gutiérrez saliera del país tardaron tres años. Aunque desde el 1997 comenzó a colaborar a la distancia: ¡le enviaban los exámenes médicos por fax!

Al año siguiente llegó al Fútbol Joven de Colo Colo. "Estuve desde ese año hasta el 2002. Me fui durante la quiebra. Y volví a Colo Colo el 2010 porque el club se quedó sin deportólogo. Luis Maya se fue a la Selección y entonces Roberto Yañez me pidió que le ayudara. Entré al plantel y además era el jefe médico de cadetes"

- ¿Era imposible continuar después del 2002?
- Era una época difícil y yo todavía no estaba revalidado en Chile. Yo trabajaba solo para Colo Colo. Llegaron nuevos dirigentes a ordenar las cosas y yo tenía papeles de estancia en Chile, pero no como médico. Error mío no haber revalidado, pero estaba en otra. Después menos mal pude regresar a casa. Me llamaron y acepté altiro.

- ¿Con qué DT se llevaba mejor?
- Con todos. Uno es un peón más del tablero. Creo que con el que más problemas tuve fue con el 'Tolo' Gallego. Era cosa seria con la comida. Tenía su forma. Pero tenía su historia y había que respetarlo.

- ¿Con la comida de los jugadores?
- No, con su comida. Pero no habían mayores problemas. El técnico es el jefe, y con él no hay problema. Uno tiene más contactos con los PF. A Tito (Tapia) lo conocía de cadetes, a (Ivo) Basay lo conocí como jugador. Tengo una muy buena amistad con Tapia, y con Gustavo Benitez de todas maneras.

- ¿Sigue en contacto con Benítez?
- No todos los días, pero sí. Está alejado del fútbol.

- ¿Cuál fue la lesión que más lo complicó?
- Copa Mercosur contra Flamengo, el 1999. Minuto 89 y Juan Carlos González sufre un cabezazo. ¡Se la partieron!. Salimos al hospital público que nos ponía la Conmebol y tuvimos muchas complicaciones. Teníamos que esperar un mundo y Juan Carlos me decía 'sácame de aquí y llévame a otro lugar'. Hablamos con el chofer de la ambulancia para que nos llevara a una clínica particular... ¡nos dieron las tres de la mañana dando vuelta para ver si yo encontraba donde hacer una radiografía para poder suturar!

- ¿Y cómo terminó eso?
- Llegamos a una clínica, el médico se levantó, me saludó y yo hice todo. ¡Me cobraron como 500 reales! Y el médico no hizo nada. Juan Carlos andaba sin plata. Lo tuve que pagar yo, y después el club me lo devolvió.

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- ¿Por qué dejó Colo Colo este año?
- Porque hay que descansar y dedicar tiempo a la familia. Y el fútbol demanda mucho tiempo. Hay que darle oportunidades a médicos nuevos que se están formando. Cuando llegué, habían pocos deportólogos. Ahora hay hartos. Pero se extraña.

- ¿Qué otra anécdota recuerda?
- Yo la pasé muy bien en Colo Colo. Ahí conocí la primera empanada, que es lo que más me gusta de Chile. El pastel de choclo. Cuando vi por primera vez los porotos con rienda, pensé que me estaban dando sobras (risas). Pero no tengo otra cosa que agradecimiento. Estuve una vida en Colo Colo. El Monumental es mi casa. El 99% fue feliz, aún cuando no pagaban...

- ¿Cuando?
- El 1998, 1999 o 2000. ¡No había plata! Te pagaban cada dos o tres meses. El 10 o el 15 por ciento. Aún así lo pasaba bien...

Los lazos indestructibles con Cuba

- ¿Pensó en volver a Cuba cuando no le pagaban en Colo Colo?
- No. Yo salí decidido. Necesitaba conocer otro mundo. No me fui por un problema político, me fui porque quería crecer profesionalmente. Yo quería conocer el fútbol profesional. No tiene nada que ver con lo otro. Y hoy tampoco no vuelvo por un tema político, sino porque me siento bien donde estoy. Simplemente crecieron mis sueños y expectativas. Hoy es Chile y mañana capaz que mis expectativas estén en España.

- ¿Y viaja a Cuba de vez en cuando?
- Sí, todos los años. Yo soy de Cienfuegos, una ciudad futbolizada. Y mi señora es de La Habana. En Cienfuegos está mi hijo, mis dos hermanos y mi sobrino. Soy duro al decirte que no volvería a Cuba, pero la añoro todos los días. Ya quisiera ver una palmera en la terraza de mi casa. Ya quisiera ver la playa. Voy siempre a ver a mi familia, a ver qué falta, a ver a mis amigos y a llenar mis pulmones de alegría...

- ¿Esa alegría no la encuentra en Chile?
- No. Acá cuesta. Tengo amigos y la pasó bien, pero es otra alegría. Cuando me junto con chilenos, todo es más protocolar. Más medido y planificado. El choripán, el asado... En Cuba tocas la puerta y ya estamos tomando. Acá no: llegas a las dos, vamos a abrir la botella de vino, te comes el choripán... (ríe) ¿La paso bien? sí. ¿Me gusta eso? sí. Pero yo tengo otra idiosincrasia. Yo fácilmente puedo partir por el postre y no tengo problema. Se puede acabar la carne y no tengo problema.

- ¿Y acá?
- Acá se acaba la carne y es como si se acabara el mundo. Si hay visitas, el anfitrión se pone pálido. 'Hey, vamos a buscar más carne'. ¿Cuál es el problema? Acá todos los días creamos problemas. Es parte de la idiosincrasia del chileno. Ahora me río y ya lo entendí. Pero de pronto los hace infelices porque se ponen las expectativas muy altas.

- ¿Qué piensa del gobierno cubano?
- No pienso. Yo no vivo del gobierno cubano y no trabajo con ellos. Entonces no tengo opinión. Te puedo decir que soy un agradecido de la Revolución porque me dio la oportunidad de hacerme médico. Pero igualmente le pagué por mis estudios día tras día. Y lo complementé con la guerra de Angola entre el 1986 y 1988. No creo deberle algo al gobierno cubano.

- ¿Cuál era su función en la guerra?
- Era médico de tropas especiales... (silencio) no hablo de ese tema.

- ¿Le duele recordarlo?
- ¡era la guerra! vi lo inimaginable. entonces, después de tantas experiencias, me siento realizado. Y vivo con poco. Después de estar en África se aprende a no vivir con mucho. O se aprende a no necesitar mucho. No me hace falta una casa de diez mil metros cuadrados. ¿Para qué?. Yo aprendí a vivir la vida, a disfrutar lo que tenía, después de ese viaje. Yo fui con tu edad. Tu me estás entrevistando, y yo estaba en la guerra.

- ¿Ese viaje le cambió la vida?
- Totalmente. La forma de pensar, de disfrutar la vida. El concepto de la familia. Todo. Porque es la guerra. Y no te hablo de estar haciendo guardia bajo un puente, es la guerra combatiendo. Es ver la pobreza en su extremo máximo. El que hable de pobreza, que vaya al África. Entonces cuando puedo ayudar o dono, lo hago. Pero sí, me cambió la visión de todo.

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- ¿Algún día volverá a Colo Colo?
- Espero volver en algún momento porque soy un agradecido de Colo Colo. El club me dio la oportunidad de conocer y crecer en otro mundo. Me dio curriculum. ¡Imagínate, 15 años... una vida!