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Hernández

Mosa 2.0

Mosa está de regreso en la testera del club más popular del país. Compró cuanta acción estuvo disponible y esperó su momento, con un perfil más bajo.

Mosa 2.0
MARCELO HERNÁNDEZ/PHOTOSPORT

Si algo caracterizó la presidencia de Aníbal Mosa en su primer período en Colo Colo fue su personalismo. Un afán figurativo que, en opinión de muchos, excedió ciertos límites en la administración del club y se vio exacerbado por la defensa a ultranza de sus formas ante la oposición encabezada por Leonidas Vial que sigilosamente preparaba una jugada maestra para sacarlo del mando.

La historia es conocida. Vial, a través de una operación quirúrgica, se apropió del porcentaje perteneciente a los accionistas minoritarios y obtuvo el cupo necesario para instalar a Gabriel Ruiz Tagle en la presidencia. Esta operación fue cuestionada por Mosa y la Comisión para el Mercado Financiero abrió una investigación que le dio la razón al empresario puertomontino.

Un año y 12 días después, Mosa está de regreso en la testera del club más popular del país. Compró cuanta acción estuvo disponible y esperó su momento, con un perfil más bajo, sin alejarse del club ni de los referentes del plantel. A su favor jugó la errática maniobra de Vial de demandar al club social por un presunto pacto de accionistas. Con esa acción judicial, Vial no solo se pegó un tiro en los pies anulando cualquier adhesión en el directorio sino que se echó encima a los socios, al hincha fiel que asiste al estadio y otorga cierta gobernabilidad a las sociedades anónimas.

El retorno de Mosa supone un desafío mayor por cuanto deberá administrar una deteriorada relación con el bloque opositor. Independiente del cambio de directores las acciones seguirán siendo de Vial y Ruiz Tagle y eso, de seguro, se traducirá en una incómoda vigilancia. Las declaraciones de unidad del saliente mandamás no garantizan nada. No son del todo creíbles.

Con todo, Mosa demostró que de los errores se aprende. Y digitó una tecla clave para la validación popular de su segundo mandato: la llegada de Harold Mayne Nicholls como vicepresidente ejecutivo. El ex presidente de la ANFP fue sondeado en diciembre pasado por Azul Azul y circularon versiones encontradas acerca de su fallido arribo, pero la realidad es que la U optó por un camino alternativo y hoy Colo Colo lo presentó en un cargo estratégico. En perspectiva, se trata de una victoria política importante dado el complejo momento deportivo de los azules.

El fichaje del ex funcionario FIFA, de amplio respaldo en el escrutinio futbolero, fortalece uno de los flancos permeables de la primera administración de Mosa pues garantiza altos estándares de profesionalismo en distintas áreas. En Macul, Mayne Nicholls debiera jugar un rol clave, ser el nexo entre el directorio y Marcelo Espina y evitar que el nuevo presidente tenga que hacer permanentes vocerías. El modo FIFA llegó para quedarse en el estadio Monumental y representa un upgrade no solo para Colo Colo sino para todo el fútbol chileno.

La inclusión de Mayne Nicholls no será la única medida de Mosa en su versión 2.0 ya que en su plan de desarrollo también considera la inyección de recursos para la creación de nuevas ramas deportivas y, por extensión, un acercamiento mayor con las bases. Otra decisión bien pensada en función de intentar establecer una relación fluida con el club social y deportivo.

Como esto es fútbol, la historia que se inicia a contar de mayo en Colo Colo dependerá de los resultados deportivos, de si la pelota entra o no, de la suerte en la Copa Sudamericana y un largo etcétera. Pero en la estructura, en la visión de futuro, el club queda hoy bien armado. Y eso es una buena noticia.