El antagonismo de Pochettino y Rueda como líder emocional
Esta última semana hubo mucha efervescencia por lo que podía hacer el Tottenham en la final de la Champions. Y aunque no pudo derrotar al Liverpool, la figura de Pochettino fue una de las más valoradas. En una entrevista dada al Diario La Nación, el argentino expresó conceptos valiosos en cuanto a la función que, en ciertos momentos, debe tener un entrenador en su rol de líder. En ella señala, por ejemplo, que “el líder humano es el líder que triunfa” y hablaba en la antesala de la final sobre la importancia del trabajo en las emociones de los jugadores.
Enfatizó el “entrenamiento mental y óomo preparar el cuerpo y la mente para sentirse invencible, ser proactivo, cruzar los límites y elevar el umbral del dolor”. Por tanto pone de relieve algo que muchos entrenadores aún no conciben como importante: el papel de las emociones en altas instancias competitivas y como la mente, que son nuestros pensamiento y emociones, afecta al cerebro, que es el encargado de ejecutar las acciones en el deporte.
¿Y por qué aprovechamos esta entrevista dada por el entrenador del Tottenham? para hablar de lo que está sucediendo con nuestra Selección: la Roja de Reinaldo Rueda.
Evidentemente estamos hablando, en ambos casos, de procesos competitivos importantes, llevados a cabo por jugadores con una vasta experiencia como futbolistas profesionales. Pero llama la atención la falta de visión colectiva mostrada por algunos integrantes del equipo de Chile. Visión que no necesariamente se observa en un supuesto veto a Claudio Bravo, ni en las declaraciones de éstos a la prensa, sino que más bien, a la baja capacidad asertiva y emocional orientada a intentar resolver el problema relacional suscitado entre ellos.
Pero lo que resulta aún más llamativo, es la nula acción de quién los lidera, la escasa participación del entrenador Reinaldo Rueda como mediador del conflicto. Sobretodo potenciada por la ventaja de no haber sido parte en la génesis de este problema, pudiendo ofrecer una “visión amplia de coach” sobre esta situación.
Pochettino ha sido enfático en señalar la importancia del trabajo emocional de sus jugadores, y apelar a la construcción de equipo mediante esta variable. Y por ello es que resulta incomprensible que hoy algunos entrenadores no ejerzan su liderazgo en vascular estos temas cuando es notorio que afectará al grupo y a sus resultados deportivos.
Así y de acuerdo a lo planteado, un seleccionador nacional no tiene como función exclusiva escoger los mejores jugadores del momento, sino que además tener la capacidad para reconocer las deficiencias y las necesidades de un grupo. Y nuestra selección hace ya muchos meses viene adoleciendo de al menos 4 elementos que son fundamentales en un equipo deportivo:
1. Poner como elemento primario la visión y propósitos comunes
2. Pensar en el grupo antes que sí mismos
3. Apoyarse unos a otros
4. Asumir cada uno la responsabilidad de su labor concreta
Es cierto, como plantean algunos, que Rueda no tiene responsabilidad alguna en la dificultad y baja inteligencia emocional de algunos jugadores al momento de conformar equipo (podrían ser los entrenadores que formaron a esos jugadores lo que tengan una responsabilidad), tampoco tiene responsabilidad frente a que ellos no tengan la asertividad, la comunicación y la voluntad para resolver esto, pero si tiene una responsabilidad ética, de buscar las fórmulas para trabajar en esta área (él mismo o con un profesional capacitado), ya que, evidentemente estos problemas saldrán también al campo de juego.