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La agresividad que hace falta en Colo Colo

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No pudo el equipo que dirige Mario Salas contra Everton. Ante la exigencia de vencer para que Universidad Católica no se alejara en la tabla de posiciones, Colo Colo fue improductivo en ataque para superar el reagrupamiento defensivo visitante y contó con pocas ocasiones de gol. Al final quedaron en la memoria los cabezazos de Parraguez y Vilches y un córner cerrado que pudo terminar dentro del arco rival. Sin embargo, en los más de 90 minutos de partido, el Cacique atacó escasamente.

Salas explicó que el cuadro albo careció de dos elementos ofensivos clave para que la labor en ataque resulte efectiva. A juicio del DT, la improductiva faena en Colo Colo pasó por la falta de tiro de media distancia y la carencia de pase en profundidad para dejar al receptor frente al arco rival. En el fondo, le hizo un gran guiño a Jorge Valdivia, quien se resintió de una dolencia muscular en la pantorrilla.

El entrenador colocolino habló de falta de agresividad en ataque. Claro, el equipo se impuso sin contrapeso en la posesión del balón, pero fue una tenencia inocua, sin avances peligrosos, que superaran la última línea de presión de los viñamarinos. Esa es la pega que realiza Valdivia, cuando está en buena condición, por supuesto, y Salas no se hizo problemas en reconocerlo implícitamente tras el 0-0 en el Monumental.

Como nadie, el Mago detecta el espacio entre los defensas para que entre el balón y habilitar a los atacantes albos. Es un recurso del volante ultra conocido, pero la vorágine del juego lleva a que los rivales se olviden de la facultad del colocolino. Mansamente regalan la espalda a las cesiones del volante para la recepción libre y que así se produzca el duelo contra su arquero.

Carlo Villanueva, tal vez, podría asumir por momentos ese rol mientras Valdivia se repone de la lesión que lo aqueja, pero es un jugador con un rasgo distinto. Es un '10' con una agresividad en ataque que surge a partir de sus conducciones penetrantes en la zona ofensiva de Colo Colo y también por sus frecuentes de acciones de 'tocar y pasar' para picar al espacio a recibir la devolución. Es un volante ofensivo 'encarador', distinto al Mago, un 'pasador' clásico.

El tema es que el rasgo de Villanueva resulta más pertinente frente a equipos no tan cerrados atrás, ante rivales que optan, como modalidad defensiva colectiva, por la presión en campo contrario o la retirada progresiva (no retroceder, permanecer en la zona de la pérdida del balón, demorar la activación ofensiva rival y paulatinamente ir retrocediendo en la cancha).   

Claro, con Gabriel Suazo y Villanuena como volantes mixtos interiores, Salas gana en dinámica, en el ida y vuelta y logra mayores opciones de presionar con eficacia sobre el inicio del juego rival, cortando en el surgimiento las transiciones rivales, el máximo peligro en defensa para los equipos grandes. Pero en partidos como el duelo ante Everton, un oponente que al final del encuentro optó por un reagrupamiento defensivo con máxima espesura, la agresividad ofensiva que reclamó Salas, por ahora, solo la puede entregar Valdivia.