El sacrificio familiar en el camino de María José Moya hacia el oro
La patinadora tuvo un concentrado de dos meses en Colombia. “Me tuve que separar de mi hija; me costó mucho estar lejos de mi casa…”, dijo entre lágrimas.
María José Moya se emocionó después de lograr una medalla de oro en los Juegos Panamericanos 2019. Pero no es sorpresa. El sacrificio familiar que realizó en los últimos dos meses es el reflejo de haber apostado todo por conseguir este logro.
La patinadora chilena, quien se quedó con el título en los 300 metros contrarreloj, se concentró ocho semanas en Colombia. Lejos de su familia. “Me costó mucho estar fuera de mi casa. Mi hija era mi motivación, y esto paga todo el sacrificio”, aseguró.
Moya fue madre de Giuliette en marzo del 2018. “Fueron dos meses separada de ella. Mi familia se portó un siete. Pudieron cumplir ese rol fundamental, que es mi pilar para poder retomar el deporte. Mi familia es todo para mí”, agregó.
Desde que inició este nuevo ciclo en su vida, la deportista no había podido competir: “Hace dos años que no me paraba en una pista. No conocía a los competidores, pero esto demuestra que tengo para rato. Esta medalla era una deuda conmigo. Y me reencontré con mi deporte”.