El mejor refuerzo de la U
Fue la gran apuesta de Hernán Caputto en su debut en la banca de Universidad de Chile contra Antofagasta. El ex DT de la Roja Sub 17 confió en Camilo Moya como volante central estable en el doble '6' que dispuso junto a Gonzalo Espinoza con este último en la tarea de desprenderse longitudinalmente en el eje de la cancha para involucrarse en la construcción de juego. Y el canterano de 21 años respondió a cabalidad.
Tanto, que mantuvo su lugar entre los titulares en el apretado empate sin goles contra La Calera, en el Nicolás Chahuán. Otra vez Moya constituyó el tándem de volantes centrales con Espinoza y la dupla avanzó en compenetración táctica e incidencia en el funcionamiento colectivo del cuadro azul. A esta altura, la inclusión del joven mediocampista en la oncena inicial de la U es el gran acierto de Caputto, bajo la lógica de una especie de fichaje que no estaba en los cálculos.
El DT podría haber hecho la fácil y no complicarse. Nadie le iba a decir nada, pues recién vive los primeros partidos al mando del elenco universitario. Tal vez, la lógica hubiera sido ratificar a Rafael Caroca en el puesto, al lado de Espinoza, posicionando a dos 'pesos pesados' delante de la línea defensiva en pos del equilibrio del equipo. Era la decisión políticamente correcta en medio de la crisis futbolística. Sin embargo, Caputto innovó en la formación y, por ahora, todo marcha bien.
Moya marca diferencia, esencialmente, por la claridad y precisión con el balón en los pies. En la mayoría de las situaciones de partido, el volante resuelve con precisión y pertinencia. Dirige el juego hacia adelante, recurriendo en ocasiones a habilitaciones a distancia que llegan con justeza a destino.
Desde afuera, la labor no se aprecia de alta complejidad, pero recibir la pelota desde los centrales o los laterales para iniciar el juego no es cosa fácil. La mayoría de los controles es de espalda al oponente y la resolución exige sangre fría para confiar en los méritos propios. También lucidez para que esos pases iniciales trasciendan y no terminen en una habilitación atolondrada que concluya en un despeje apurado de Fernando de Paul.
No se esconde cuando hay que salir jugando. Se ofrece siempre como apoyo, incluso en medio de la presión rival en la zona defensiva de los azules. Eso implica un riesgo alto y los más seguro es que algún día falle, pero es parte del destino de cada volante central. Por el momento, el peligro inminente de una pérdida de balón no lo abruma y parte importante del juego pasa por sus pies durante el inicio del juego.
Esta claro: Moya no posee la intensidad ni la agresividad de Caroca en la recuperación de la pelota. En el escenario de la U atacada a fondo por el rival de turno, sin duda que esto puede jugar en contra del cuadro dirigido por Caputto y abrirse también como un flanco de críticas hacia el DT.
Que el volante quede menos o más expuesto dependerá de la fluidez en cada repliegue de Espinoza. Contra Antofagasta, los retornos del 'Bulldog' a la posición de segundo '6' fueron lentos y Moya junto a los defensas sufrieron. El domingo pasado ante La Calera, la líneas estuvieron más juntas y Espinoza regresó con mayor velocidad, tornando más sólido al equipo azul.
Al joven volante de la U no le ha pesado la camiseta. Proyecta la imagen de sentirse en casa, mostrando confianza para asumir los riesgos que hoy exige la funcionalidad de '6' con salida. Harto se ha hablado de Osvaldo González, Marcos Riquelme y Leonardo Fernández como los fichajes que ayudarán a la U a dejar los últimos lugares. Sin embargo, hasta ahora el mejor refuerzo parece que estaba en el propio plantel y era Camilo Moya.