Esteban Paredes podría vivir un fin de semana histórico en Colo Colo. El delantero está a un paso de transformarse en el único y máximo goleador del fútbol chileno (sin contar Liguillas). Una historia que pudo ser diferente, si es que el jugador hubiese partido el 2008 a Europa.
Cuando jugaba en Santiago Morning, el atacante viajó a Chipre. No avisó a los dirigentes del club chileno, y llegó a entrenar con el AEK Lárnaca. “Estuve 20 días negociando con ellos”, reveló años después.
A Paredes lo acompañó Rodrigo Goldberg, actual secretario deportivo de Azul Azul. Eran amigos, y tiempo antes habían sido compañeros en el propio Santiago Morning. “Llegué con él. De inmediato tuvimos una comida en una iglesia judía. Todo era medio raro, pero me gustó el ambiente. Hasta hubo un canto bonito”, contó el 2017 a la Revista Qué Pasa.
El problema es que el pase del delantero nunca llegó. Miguel Nasur se molestó, pues Paredes había anunciado su continuidad en el club semanas antes. El futbolista tuvo que regresar.
“El ‘Chago’ no quiso mandar mi pase y los chipriotas se empezaron a enojar. Así que me tuve que venir escondido. Dejé una maleta entera allá con la Play (Station), todo. En el aeropuerto no sabía a dónde ir. En el avión llegaron los policías y me puse a transpirar. Al final agarraron a uno que venía atrás mío. Lo pasé pésimo”, agregó Paredes en Qué Pasa.
El regreso fue un acierto: el delantero marcó 21 goles en 32 partidos durante el año. En la primera mitad del 2009, además, anotó 17 goles (en 18 partidos) y fue el máximo goleador del Apertura. Esa campaña le sirvió para llegar a Colo Colo, donde fue presentado en junio del mencionado año. El resto de la historia es conocida. Pero lo claro es que si se hubiese quedado en Chipre, quizás todo hubiese sido muy diferente.