Ediciones
ADN RadioConcierto Radio
Resultados
Síguenos en
Hola

HERNÁNDEZ

Inconformistas

Los chilenos Cristian Garin y Nicolás Jarry hicieron cambios estratégicos en sus respectivos staff técnicos con miras a la temporada 2020 del ATP.

Inconformistas

A pocas semanas de iniciar la temporada 2020 del circuito ATP, Cristian Garin y Nicolás Jarry tomaron decisiones importantes a objeto de comenzar bien el año y seguir creciendo en sus respectivas carreras. Garin y su técnico Andrés Schneiter resolvieron incorporar al staff al ex número 6 del mundo Nicolás Lapentti y efectuar la pretemporada en Miami mientras que Jarry anunció la contratación del ex entrenador de Kei Nishikori, el argentino Dante Bottini con quién ya trabaja en el Rancho de Nick Bolletieri, de propiedad de IMG, empresa que lo representa.

En el mundo del ultra profesionalizado circuito ATP, los dos mejores tenistas de Chile no son la excepción y movieron el tablero para buscar mejores horizontes. Schneiter, que originalmente tenía previsto que Garin no se moviera de Buenos Aires en diciembre, se convenció de que el trabajo con Lapentti en Estados Unidos era una alternativa eficiente y apostó por darle cabida a un ex jugador que llegó a ser sexto del mundo, ganar cinco títulos y disputar el campeonato de maestros. El 'Gringo' es un técnico que respira tenis las 24 horas del día, es intenso, obsesivo y ganador. Sabe que cada detalle cuenta. En 2019 el aspecto más débil en la campaña de 'Gago' fueron los Grand Slam y el ecuatoriano puede aportar su amplia experiencia en esa faceta. La idea es que sea parte del equipo algunas semanas del año. Bien pensado.

En el caso de Jarry, la elección de Bottini apunta en la dirección correcta: un coach que hubiese trabajado con un tenista de élite. El argentino tomó a Nishikori cuando era 98 del mundo y lo condujo al top 5, además de guiarlo a una final y dos semifinales del US Open. Luego de nueve años, cinco títulos de ATP 500, cuatro finales y siete semifinales de Masters 1000 y una medalla olímpica de bronce, se apartaron en octubre de este año. La 'Torre' sondeó a Gabriel Markus (ex técnico de Massú), Franco Davin (ex coach de Del Potro) y acabó inclinándose por Bottini. Acertada decisión.

Tal como Schneiter vio en Lapentti una llave para que Garin mejore en los grandes eventos, Jarry y su entorno, de seguro, evaluaron que Bottini pueda dotarlo de aspectos clave para dar un salto importante. No olvidemos que tras su sólida irrupción en el circuito mayor en 2018, el número dos de Chile no logró sostener su ránking y remató la temporada con una preocupante secuencia de derrotas. Nada grave porque tiene recién 24 años y conservó su estatus de top 100, pero sí razón suficiente para buscar nuevos rumbos y terminar de explotar todo su potencial. Esa será la misión de Bottini en 2020.

No faltará quien diga que Nishikori era tan bueno que con cualquier técnico hubiera destacado, pero lo cierto es que los resultados están a la vista y son concluyentes. Lo que sería un error es pensar que Jarry jugará como el japonés que tiene 20 centímetros menos. El chileno debiera primero, y en un escenario ideal, aproximarse a un patrón más parecido, por ejemplo, al de Alexander Zverev que mide lo mismo, pero marca más diferencia con su servicio, se mueve mejor y más coordinadamente en defensa y ataque y lo supera en consistencia. En estos aspectos y cómo encarar los grandes eventos, Bottini puede ser un tremendo aporte. Se trata de un coach que ganó muchísimo más de lo que perdió.

Garin y Jarry son dos inconformistas. Porque pese a todo lo que ya lograron, quieren más, mucho más. Y no van a escatimar los esfuerzos por alcanzar sus metas. Saben perfectamente qué es ser top 100, ganar un campeonato ATP, situarse entre los 40 mejores del mundo y ganarle a un rival ubicado entre los 10 mejores del mundo. Ahora, el objetivo va más allá. Es superarse a sí mismos, ser protagonistas en los grandes torneos y llegar tan lejos como dicte su esfuerzo y talento. ¿El límite? Está por verse. Pero como dijo Massú alguna vez, nada es imposible.