La olvidada historia del primer chileno que jugó en Peñarol
En 1930, Carlos Giudice defendió la camiseta aurinegra y ganó un título. Christian Bravo sigue el legado del 'Gran Capitán' y de Elías Figueroa
Christian Bravo fue presentado como refuerzo de Peñarol y se convirtió en el tercer chileno que defiende la camiseta de uno de los dos más grandes clubes de Uruguay. El delantero continuará el legado de Elías Figueroa y Carlos Giudice.
La historia de 'Don Elías' es ampliamente conocida y se transformó en figura del elenco de Montevideo entre 1967 y 1971, donde ganó dos ligas uruguayas y una Supercopa de Campeones Intercontinentales.
El caso de Carlos Giudice es distinto. Su nombre es, injustamente, poco recurrente en los libros de historia. Llegó al cuadro Manya en 1930, convirtiéndose en uno de los primeros futbolistas chilenos que jugaron en el extranjero. Nacido en Villa Alemana, jugó en el Peñablanca FC de su ciudad y luego defendió oficialmente a Santiago Wanderers y Audax Italiano.
Giudice, apodado el 'Gran Capitán', estuvo sólo una temporada en Peñarol y fue campeón del accidentado torneo uruguayo de 1929, que finalizó al año siguiente. Según los escasos registros, el chileno anotó 14 goles en 17 partidos entre el certamen charrúa y partidos amistosos.
En uno de esos duelos no oficiales, el elenco aurinegro se midió ante la selección de Bélgica, que participó en la primera Copa del Mundo jugada en Uruguay. Giudice fue el centrodelantero titular todo el semestre y dejó una grata impresión en Peñarol, siendo ídolo de la hinchada. Sin embargo, al año siguiente regresó a Audax Italiano. ¿La razón? Nostalgia por su tierra. Extrañaba a su madre, sus amigos y sus compañeros de sede en el cuadro itálico.
De vuelta en Chile, Giudice fue el máximo goleador del campeonato 1934 con la escuadra audina y jugó el Campeonato Sudamericano, actual Copa América, con la selección chilena en 1935. En ese certamen disputado en Lima, el artillero le marcó un gol precisamente a Uruguay.
¿Cómo jugaba Carlos Giudice?
Según las crónicas de la época, era un delantero que gracias a su potente disparo, hacía goles desde cualquier distancia, pero muchas veces prefería combinar con Enrique 'Tigre' Sorrel, su compañero de ataque en Audax. Era fuerte, pero muy fino en el toque, con una gran visión panorámica. Se enganchaba mucho, porque tenía un gran pase, muy certero, de 40 o 50 metros. Parecía lento y flojo, pero daba velocidad al juego con sus pases.