La faceta del juego con que Caputto busca revivir a la U
En los poco más de cinco meses al mando de la U, el técnico ha puesto énfasis en el trabajo de balones detenidos y en este 2020 muestra movimientos muy marcados.
Hernán Caputto sigue con la confianza de los directores deportivos de Azul Azul. Desde que lo ratificaron para el año 2020, el ex portero ideó una pretemporada enfocada en lo físico y los balones detenidos, dos ítems que a su juicio eran parte de las carencias del equipo que peleó en 2019 en la parte baja de la tabla.
Lo cierto es que, para bien o para mal, el trabajo en las pelotas paradas es evidente.
Faceta ofensiva
En los saques de esquina, Walter Montillo lanza desde la izquierda, mientras que Gonzalo Espinoza lo hace desde la derecha. Al área, siempre van cinco: Los dos delanteros (Angelo Henríquez y Joaquín Larrivey), los dos centrales (Osvaldo González y Luis del Pino Mago) y el lateral derecho (Matías Rodríguez ante Colo-Colo y Augusto Barrios contra Huachipato). En la medialuna, esperando el rebote, siempre Jimmy Martínez.
Si bien siempre intentó sorprender con un atacante y un zaguero yendo al primer palo, pocas veces le resultó. Dónde sí pudo marcar diferencias fue en los tiros libres lejanos al arco. Entre Espinoza y Montillo van intercalando, aunque siempre es el “21” el que se adueña del balón. Ante Huachipato, Barrios tuvo la más clara tras un pivoteo que se generó luego de que Montillo moviera rápido la pelota y Espinoza buscara con efecto el segundo palo.
Caputto muestra que primero cuida el arco y luego elabora. A la hora de defender los balones detenidos, aglutina a gran parte de su equipo dentro del área y dispone de dos fórmulas para marcar.
La primera, en los córners, donde tres o cuatro de sus jugadores van con marcas fijas y el resto se las reparte según quienes vayan en búsqueda del cabezazo. Ahí, por lo menos, ha funcionado.
La segunda, en los tiros libres que vienen por fuera, de esos que con seguridad irán al área. Ahí, el ex técnico de La Roja Sub-17 prefiere marcar en zona, lo que –por ejemplo– le costó el 2-0 con el cabezazo de Javier Parraguez, que “apareció” en la zona de Espinoza y fácilmente le ganó la pulseada.