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El pecado de Mario Salas

Mario Salas vive otro momento difícil en Colo Colo. El primer año del DT chileno en el Monumental tuvo otros episodios similares, sorteados con éxito en vista de que su modelo de juego exige un tiempo prudente de adaptación y también intérpretes acordes a su alta exigencia táctica, mental y física.

Pudo salir airoso, logrando la clasificación a la Copa Libertadores al interrumpirse el Campeonato Nacional cuando aún faltaban seis fechas por disputar. Sin embargo, el recuerdo de actuaciones decepcionantes de los albos sigue siendo un asunto de fácil y veloz afloramiento.

La obtención de la Copa Chile 2019, superando a sus clásicos rivales en los duelos en Temuco, otorgó la sensación de que las cosas volvían a su lugar en el Cacique. Iniciar la actual temporada con un título (el primero de Salas con los colocolinos) pareció sembrar tranquilidad en el camino del DT hasta que las dos derrotas consecutivas en el campeonato, ante Cobresal y Audax Italiano, desterraron la quietud.

Las críticas tienen un fundamento de peso y van más allá del delirio exitista. Es un tema de fondo, que guarda relación con el pesar que genera la amplia brecha entre lo deseado y lo conseguido.

Probablemente, en muchos años la llegada de un nuevo entrenador a Colo Colo no había causado tanta aprobación y aplausos.Tras su éxito rotundo en Perú con Sporting Cristal, Salas iba a a ser el DT que con un fútbol expansivo, intenso, con ataques constantes y un juego incansable por las bandas encumbraría una vez más al Cacique. Así de grande es aún la esperanza.

Los hechos en la cancha, sin embargo, no han concordado con las expectativas. Solo en casos puntuales, Colo Colo actuó como lo hacen los equipos dirigidos por Salas. De hecho, el DT alzó la Copa Chile bajó los parámetros de un modelo de juego en el otro extremo de su propuesta clásica.

Por mucho festejo que hubo en Temuco, igual se palpaba un leve dejo de disconformidad: primero la UC y después la U dominaron a los albos, impusieron sus términos tácticos y, para los más críticos, entonces Colo Colo fue un equipo chico en su proceder. Eso no era lo que los hinchas esperaban.              

Este domingo, la prueba para el equipo de Salas será suprema. Enfrente, la UC, amoldándose a una idea de juego totalmente distinta a la de los DT campeones una y otra vez con los cruzados, llegará al Monumental con el peso de una estructura futbolística que le ha permitido sacar adelante momentos puntuales de partidos. Hoy es el único puntero en 2020.

Mirando el vaso medio lleno, el clásico se vislumbra como una enorme oportunidad en la que definitivamente Colo Colo pueda jugar como lo hacen los equipos de Salas. Sería un golpe de efecto notable, claro, porque se viene marzo. Un mes con una seguidilla de partidos a nivel local y en la Libertadores durísima.