Montillo recordó la Libertadores 2010 y el “gol” de Pelusso
Walter Montillo repasó parte de su primer paso por la Universidad de Chile, lo que significó en su vida familiar y habló de dos ex compañeros: Neymar y Messi.
Casi dos meses lleva Walter Montillo en su regreso a la Universidad de Chile y es voz autorizada para hablar con propiedad del club.
El volante argentino conquistó el Torneo de Apertura 2009, cuando al equipo lo dirigía Sergio Markarían. También estuvo en 2010, cuando ya eran dirigidos por Gerardo Pelusso y alcanzaron las semifinales de la Copa Libertadores 2010.
En conversación con AS Chile, repasó los momentos más insignes de esa Libertadores, muchos de los cuales vivió mientras pasaba un duro momento familiar.
- ¿Imaginó venir a jugar a Chile alguna vez o consideró que venir en 2008 era un paso atrás en su carrera?
- No, uno nunca piensa los lugares a donde va a ir. Uno como jugador de fútbol piensa en el día a día, en hacer las cosas bien en cada club que nos toca jugar. En ese momento era en San Lorenzo, me tocó irme un año a préstamo a Morelia porque no me tocaba jugar muy seguido. Como jugador de fútbol uno busca siempre lo mejor y después tuve la chance de poder venir a acá, que es donde empecé a sobresalir en mi carrera. Por suerte una vez que me fui de acá, siempre fue en ascenso, así que muy feliz.
- Vivió cosas muy significativas en este club, como llegar a semifinales en la Copa Libertadores 2010.
- La verdad que fue un año hermoso, teníamos un grupo de jugadores muy humildes, muy sacrificados el uno por el otro y cuando los resultados acompañan, es todo lindo. En ese año la U ha ganado más de lo que ha perdido. Fue una Libertadores en la que estuvimos muy cerca de llegar a una final, iba a ser histórico para el club. Fueron jugadores que quedaron en la institución, porque siempre se entregaron al máximo y teníamos al “Flaco” (Olivera), a Mauri (Victorino) que fue a jugar un Mundial, al “Flaco” (Álvaro) Fernández que fue a jugar un Mundial también, entonces, eran jugadores muy importantes.
- Anotó en la fase de grupos en Maracaná y celebró con la camiseta que decía “Santino” por primera vez, en un partido difícil, que se pospuso por el clima, mientras pasaba un duro momento familiar. ¿Qué significó ese gol y esa celebración?
- Por ahí dedicarle algo a mi hijo y a mi señora. Mi hijo internado nunca supo lo que pasó afuera mientras él estaba ahí. Fue para ellos, para tratar de recordarle a mi señora que uno también estaba. Era un momento difícil y por suerte ahora quedó como anécdota. Ahora Santino está espectacular, está bien. Fue una buena decisión porque pude ayudar al equipo y estar en el momento en que mi señora me necesitaba.
- Lo llevo a otro momento de esa copa: El “gol” de Gerardo Pelusso en el Monumental ante Alianza Lima. ¿Cómo vivió ese gol agónico?
- Después mirándolo por la tele, creo que fue un gol válido. No es que le robamos el gol a nadie. El árbitro se había confundido de que la pelota le había rebotado a Diego Rivarola y había sido gol en contra. Fue un tiro de Felipe (Seymour) y fue autogol. La presión de Gerardo no sé si habrá influido, pero quedó como que sí, porque todo el estadio se estaba viniendo abajo. Hacer un gol en el minuto 94, que nos dé la chance de pasar a unos cuartos de final, para nosotros era muy importante y por ahí si no lo cobraban iba a estar mal cobrada la decisión, así que feliz. Pelusso siempre estaba atento a todos esos pequeños detalles.
- Otro momento es la semifinal de la Libertadores 2010. El partido de revancha con Chivas fue su último partido en la U. ¿Qué recuerdo tiene de esa llave?
- Fue una gran lástima. La verdad que habíamos hecho un gran partido allá. No es por poner excusas, pero el equipo venía embalado y el tema del Mundial, tener que parar dos meses para volver a jugar ese partido, creo que nos ha jugado una mala pasada, porque cuando el equipo viene jugando bien y pasan dos meses sin el ritmo futbolístico que traías, es diferente. Tampoco hay que poner excusas, Chivas también había parado dos meses igual que nosotros, hemos jugado el partido más nerviosos de lo que teníamos que jugar, no se nos dieron las cosas. Es fútbol y del otro lado también hay un equipo que juega, que lo hacían realmente bien, con jugadores de mucha experiencia, que han jugado mucho mejor que nosotros acá de locales.
Fuera de la U
La semifinal perdida con Chivas de Guadalajara significó su último partido en la Universidad de Chile. El volante había sido vendido a Cruzeiro de Brasil y al día siguiente embarcó rumbo a Belo Horizonte, donde terminó siendo uno de los jugadores más codiciados del Brasileirao.
- Pasa al fútbol brasilero y se adapta rápidamente. ¿Cuál es la gran diferencia entre el fútbol chileno y el de allá?
- Creo que hay una gran diferencia económica entre los clubes. Allá hay 12 o 13 equipos grandes que pueden elegir sus jugadores a voluntad, tienen un poder económico que no solo no tiene el fútbol chileno, sino que otros países no lo tienen en el fútbol sudamericano. Pagan salarios que en otros lugares no se pueden pagar. A veces más que en Europa. Por eso se hace tan competitivo, por eso son equipos muy difíciles de jugarles, que últimamente e históricamente han ganado muchas Libertadores, muchos torneos internacionales. Yo feliz de haber podido llegar a jugar en equipos grandes de allá, que me haya ido bien. Creo que no es fácil el fútbol brasilero. Muchos chicos que van allá no pueden marcar diferencias y yo la verdad agradezco que Cruzeiro me haya dado la chance de llegar a un club lindo, que quiero mucho y en el que me ha ido muy bien. Feliz de haber pasado por ese fútbol.
- Compartió con Lionel Messi y Neymar. ¿Qué hace diferentes a este tipo de jugadores?
- Son talentosos desde chicos y es lo alimentan día a día con el entrenamiento, pero son talentos innatos que ellos tienen. Y tratan de ir mejorando. Obviamente que los entrenamientos de ellos son iguales a los nuestros, pero tienen un talento que es de ellos, que son únicos, por eso muy de vez en cuando van apareciendo jugadores de esa talla.