El club ideal para Mauricio Isla
En Argentina parecen estar fascinados con la posibilidad de que finalmente Mauricio Isla juegue en Boca Juniors, sobre todo ahora que concluyó su contrato con Fenerbahce, en Turquía. El lateral derecho de la Roja fue portada en un periódico deportivo y la información de los entretelones de su llegada es profusa. Al estilo trasandino, con hartas idas y vueltas, además de un murmullo persistente sobre la negociación, dando la imagen de que todo está listo para verlo jugar en La Bombonera, cuando retorne el fútbol por allá.
Sin embargo, el propio Isla aterrizó un poco el asunto. El futbolista nacional aseguró que hoy cuenta con dos posibilidades para proseguir su carrera. La primera se vincula con las emociones: la chance de que sea nuevo jugador de Universidad de Chile también es real. Sería el sueño hecho realidad del lateral -y el de su familia también, por lo que dijo- ya que es hincha acérrimo de los azules. El otro camino es hacerle caso a Juan Román Riquelme, quien es el mandamás de todo el fútbol en Boca Juniors. Sí o sí, el ex '10' e ídolo xeneize quiere al chileno en el plantel.
A punto de cumplir 32 años, Isla tiene fútbol por entregar todavía. Salvo en Juventus, donde una lesión también tuvo que ver con su postergación, en todos los clubes en los que actuó fue titular. Anduvo por Italia, Francia, Inglaterra y Turquía, países con ligas competitivas en Europa. A nivel de equipos, no caben dudas de que es un jugador fiable. ¿Por qué en Argentina va a ser distinto? No hay argumento para sostener que esa línea de continuidad pueda verse interrumpida.
Desde Buenos Aires aseguran que además de su estupendo recorrido en Europa y de los éxitos con la Roja, en Boca Juniors cautiva la polifuncionalidad que observan en el chileno. Liderados por Riquelme, consideran también que Isla no debería tener problemas para actuar como volante externo e incluso hasta como extremo. La idea no es descabellada: el contenido de juego excluyente del lateral nacional es la pasada constante al ataque y esto hace que, en la trama del partido, muchas veces sea el '8' o el '7' de su equipo. Actuar en otra función no es tema para Isla.
El regreso de Riquelme a Boca Juniors como máxima autoridad del área futbolística ocurrió a lo grande, tal como su paso de jugador por el cuadro xeneize. En el último suspiro de la Superliga le escamotearon el título a River Plate, en un hecho impactante en el medio argentino. Si ya lo adorababan los hinchas antes de asumir como vicepresidente, ahora la devoción es total. Su palabra es ley en el club. Que Isla cuente con su respaldo genera un campo de acción para el chileno favorable durante su desembarco.
La suerte del lateral nacional está echada. Su mejor decisión será iniciar prontamente una nueva etapa, luciendo la camiseta de Boca Juniors. Allí se encontrará con Miguel Ángel Russo, un DT que conoce el talante del futbolista chileno tras su paso en 1996 por la U. Además, el estratega transita en la línea de los entrenadores equilibrados (ni muy defensivo para ser "ratón", tampoco un ultra del ataque metiendo 4 goles y que el rival anote 5). No le va a frenar a Isla sus pasadas contantes en ofensiva, el leit motiv de su llegada al club. Lo más seguro es el que el DT articule un circuito de coberturas y relevos para que el chileno realice, sin preocupaciones, lo que mejor saber hacer.
¿La oferta de la U? De eso mejor hablar en otro momento. Isla aún posee caudal futbolístico para seguir engrandeciendo su carrera y con ello también el aporte que entrega a la Roja. Tras darle el golpe a River Plate en la Superliga trasandina, los xeneizes buscan ganar ahora una nueva Copa Libertadores. Si no es en 2020, seguramente el próximo año. Un desafío atrayente, colosal y magnífico para cualquier chileno. Isla no es la excepción y ya tendrá tiempo para darse el gran gusto de jugar con la camiseta azul en el Estadio Nacional.