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Las expectativas post Pandemia

Las expectativas post Pandemia
Cristobal Escobar/Agencia Uno/dp

Por estos días se lee y escucha mucho acerca de lo que debiera pasar cuando todo esto de la pandemia vaya terminándose (o en estricto rigor controlándose).

Principalmente en lo relacionado con los cambios. Como debiera ser “el mundo” a partir de todo lo que está ocurriendo y como debiera ser el comportamiento de las personas una vez que todo esto concluya. Se señala como elemento transversal que el “mundo” debiera cambiar… es decir, se plantea que las personas ya no serán las mismas…

Lo primero que habría que señalar es que en muchas ocasiones nuestro cerebro frente a este tipo de situaciones solo reacciona, es decir, inicialmente entrega sensaciones o intenciones de cambio frente a lo que pasa alrededor pero se trata solo de eso, una intención, ya que, frente a situaciones apremiantes o de estrés, el cerebro solo reacciona, y al hacerlo tiene solo una probabilidad de hacerlo adecuada o positivamente. La otra posibilidad es que reaccione mal o negativamente. Pero independiente de como reacciones (si positiva o negativamente) esa reacción dura lo que dura y no genera cambios tan permanentes.

Para que los cambios sean más eficaces, es decir, más duraderos, más definitivos y más profundos deben cumplirse ciertas características, por ejemplo:

Primero que sea la propia persona quién tenga la voluntad y motivación de cambio. El cerebro es sumamente hedonista, es decir día y noche está buscando aumentar el placer y disminuir el dolor, por ende tiende a rechazar inicialmente un cambio, porque el cambio significa dolor y el cerebro se aleja naturalmente de todo aquello que se aleja del placer.

Segundo porque cada cerebro y cada persona es distinta. No existe ningún cerebro igual a otro, por ende cada persona evaluará de acuerdo a sus pensamientos y “marcos mentales” personales, la situación que se está viviendo. Esto implicada que cada uno percibirá de manera diversa la realidad de lo que está pasando y evaluará las causas de todo esto, determinando individualmente si es que se requieren cambios.

Es muy importante en una era de incertidumbre, como esta, (no saber cuanto tiempo más durará esto, en que condiciones se retomará todo, etc.) generar las expectativas adecuadas y no de alguna forma movilizar ideas o pensamientos que realmente puede que no ocurran masivamente, sino que será cada uno, el que deberá, una vez entrando a la “nueva normalidad”, decidir los distintos cambios personales… los cambios son de adentro hacia afuera y no al revés…

Generar expectativas inadecuadas o sobre dimiensionar los cambios en las personas puede generar mucha frustración…