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El título que sí o sí debes tener en tu PlayStation 4: The Last of Us Part 2

Naughty Dog se volvió a lucir con su título original 'The Last of us' y creó una de las obras imperdibles en esta octava generación de consolas.

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El título que sí o sí debes tener en tu PlayStation 4: The Last of Us Part 2

La consola de octava generación de Sony se comienza a despedir de nosotros con uno de los grandes títulos que sin duda marcarán la industria de los videojuegos, se trata de la segunda parte de la aventura que Naughty Dog nos presentó hace siete años en la PS3, hablamos de The Last of Us 2. Este no es un videojuego cualquiera, ni para el estudio californiano ni para los usuarios de una plataforma acostumbrados a lances narrativos de calidad.

Una historia llena de emociones

La segunda parte de la historia dirigida por Neil Druckmann nos sitúa cinco años después de los hechos narrados en el primer título. El comienzo de esta historia es un claro ejemplo de como empezar una secuela, el simbolismo se apodera de los primeros minutos de la entrega y nos invita a continuar la historia de Ellie y compañía.

La protagonista de esta segunda parte es la ya mencionada Ellie, quien es el claro ejemplo de la madurez alcanzada por el estudio californiano en esta historia y que plasma el salto que Naughty Dog alcanzó en el cómo realizar videojuegos. Halley Gross, directora narrativa, definió a esta protagonista de diecinueve años como “el personaje más complejo que he visto nunca en un videojuego”. Durante la aventura, vamos entendiendo el porqué de esos cambios, de una personalidad pulida y macerada con tiento para olvidarse de todo tipo de estereotipos, sin perder el rumbo y naturalizando como nunca que para ser protagonista no es necesario caer en tópicos.

Su relación con Dina, personaje sobradamente presentado en multitud de tráileres, habla por sí sola a través de miradas, palabras, gestos. Hay complicidad más allá de cinemáticas porque se siente a través del gameplay. Una construcción sentimental muy natural, inocente y orgánica que hace conectar al jugador con lo que ve en pantalla. Esos pequeños toques o pinceladas de costumbrismo funcionan prácticamente siempre, con sorpresas que no nos vemos venir.

El legado de la primera parte

En esta oportunidad nos encontramos un videojuego continuista, sin revoluciones, aunque tampoco las necesitaba. Se han pulido aspectos como la movilidad, un diseño generalmente más vertical y periférico para todo tipo de escenarios y se implementan opciones como el salto. No todo funciona de la misma manera, pero jugablemente no falla en nada.

Naughty Dog entendió el uso de la altura de la hierba como un elemento fundamental en el sigilo, algo que se ha visto en títulos como Horizon: Zero Dawn o Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, es más el titulo del equipo de Neil Druckmann se acerca demasiado al título de Konami en este aspecto, pero el título de Hideo Kojima sigue siendo el estandarte en este apartado, a pesar de que tuvo un competidor muy cercano como lo fue The Last of Us 2.

Los pies en la tierra: Inteligente ejercicio de diseño de escenarios

The Last of Us Parte 2 ha restado la predominancia de las escenas del original para que gane peso la jugabilidad: es divertidísimo. Es un videojuego plagado de detalles, de esos que difícilmente puedes apreciar en una sola partida. La rejugabilidad se apoya en el descubrimiento, en hacer una doble lectura. Una obra que se analiza en nuestra cabeza porque el equipo californiano así lo quiere. Evidentemente, no es rejugable por su historia, sí por su planteamiento y su gran cantidad de secretos (incluidas escenas ocultas). No fue hasta la segunda vuelta cuando empezamos a comprender el verdadero potencial de los escenarios más abiertos, cuando comenzamos a interiorizar una comodidad a los mandos que mejora cualquier otro título de esta firma.

Nos ha sorprendido la generosa configuración de la dificultad. Al margen de las cinco opciones base, que parten de Muy fácil a Superviviente, podemos seleccionar parámetros a nuestro gusto de manera personalizada en cualquiera de ellos. Por un lado, el daño que recibimos de los enemigos; la frecuencia de puntos de control; la precisión de los disparos de los enemigos; agresividad de los aliados; nivel de sensibilidad de la percepción enemiga a través de los sentidos; durabilidad de las armas cuerpo a cuerpo. Todo se puede configurar para adaptarse a cada tipo de jugador. Por ejemplo, si somos lentos a la hora de movernos, quizá nos interese que los enemigos no sean tan precisos pese a que el resto de opciones sean más desafiantes. Además, el título da valor a cada mínimo progreso, con puntos de control que no obligan a repetir zonas de forma innecesaria, sino que se han calculado con bastante acierto. No te desplazas en balde.

Techo técnico de PlayStation 4

El debate acerca de un hipotético downgrade no merece más que un par de líneas en este análisis. Y las escribimos con media sonrisa mientras negamos con la cabeza, porque gráficamente te invita a pensar que podemos aguantar perfectamente un par de años más con esta generación. La realidad es que Naughty Dog no es la regla, es excepción. Se ve de escándalo.

The Last of Us Parte 2 es el videojuego más espectacular a la vista de PlayStation 4 hasta la fecha no solo por su apartado gráfico, aunque también por ello. Solo Red Dead Redemption 2 se equipara a este proyecto a nivel visual. Su interpretación de la iluminación es distinta, porque si bien la obra de Rockstar alarga más el trayecto visual de los rayos de luz y hace más uso de los contrastes de blancos en pantalla, Naughty Dog ha exprimido su motor con algo más de matiz y saturación, sobre todo con los verdes y los rojos.

Nos esperan paisajes muy realistas, con entornos rurales, bosques, ciudades o urbanizaciones. El uso del HDR es inteligente. La insistencia por el detalle es constante, insistimos: no son solo gráficos. El departamento de animación sí llega a superar a cualquier otro título lanzado recientemente en consolas. Los enemigos no tienen tanto empeño como el personaje que controlamos, a veces tienen comportamientos menos naturales; la recreación anatómica de los protagonistas está a otro nivel. Y eso repercute directamente en el realismo de las escenas de acción. La manera en que las lágrimas caen por las mejillas, el movimiento del pelo, las arrugas de la piel al expresarse o la apertura de los ojos. Inmersión a primera vista.