La desconocida historia del primer chileno que dirigió Rueda

Elías Escalona fue un promisorio volante creativo surgido en la cantera de Huachipato. Fue juvenil a principios de los años '90 y coincidió en el Sudamericano Sub-20 con figuras como Marcelo Salas, Clarence Acuña y Francisco "Murci" Rojas.

- Volvió la fama, ¿lo han llamado mucho?
- Y sin buscarla (risas). La verdad es que fue una grata sorpresa. Mis amigos me comentaron lo que había dicho Reinaldo (Rueda) y me sorprendió cuando me enviaron la nota de As. Él fue mi primer técnico en Colombia y me quiso comprar el pase. Al final estuve tres años con Rueda.

- ¿Se emocionó al escucharlo?
- Sí, obviamente, mucho. Yo y mi hijo de 21 años nos emocionamos. Mi hijo me dijo: “Papá, mira, te nombró Reinaldo Rueda”. O sea, él dimensionando lo que Rueda quiso decir. Me alegró mucho.

- ¿Qué le dijeron sus amigos y familiares al ver su nombre en la prensa?
- Me felicitaron. Cristian Uribe, Roberto Cartes, Hugo Neira, Rodrigo Raín y Óscar Pereyra, con ellos jugamos en las series menores de Huachipato y tenemos un grupo de whatsapp, se alegraron. Con Reinaldo aprendí harto, es muy apegado al jugador.

- ¿Cómo se da su llegada a Colombia?
- Fue una situación bien particular, porque el gerente técnico de Huachipato era Konrad Schell, que fue compañero de Reinaldo en Alemania, donde estudiaron juntos. Rueda lo llamó preguntando por Juan Covarrubias, porque necesitaba un volante de creación y quería referencias de él. Ahí el gerente le dijo que tenía un jugador que venía emergiendo, de similares características y ex seleccionado Sub-20. Konrad me pregunto, me dijo que era una prueba y fui. Era yo y un boliviano. Lo único que quería era jugar y se dio todo rápido. Quedé en Cortuluá que recién venía ascendiendo.

- Rueda dijo que le llamó la atención que usted tocaba la pelota e iba al espacio…
- Era una de mis virtudes, la movilidad, de estar pidiendo el balón. Me gustaba tenerlo y habilitar. Mi forma de jugar era dirigir dentro del campo, anticipar una jugada y hablar mucho. Eso de tocar y moverme en los espacios libres seguramente marcó la diferencia en ese momento. Y cuando uno tiene ganas de jugar, lo hace en cualquier lado. Ahí no lo dimensionaba, solo era la alegría de entrar a la cancha.

- ¿La relación entre ambos cómo fue?
- Buena. Recuerdo un comentario que me hizo en una oportunidad: me abrazó en la cancha del estadio, empezamos a conversar, de cómo me sentía y me dijo: 'Este es tú equipo, puedes hacer lo que quieras, diviértete, aliméntalo porque es tú equipo. Tú aquí llevas las riendas del equipo'. ¡Y me dejó sorprendido porque yo tenía 21 años! Tenía compañeros con bastante historia en Colombia, como Sergio Angulo, el hermano de Freddy Rincón o el boliviano Álvaro Peña, seleccionado que jugó en Temuco.

- ¿Algún otro concepto que él le haya dado?
- Recuerdo siempre que me hablaba de buscar los espacios libres, de mirar los huecos que dejaban los laterales. Le gustaban los cambios de juego, la sorpresa, los pases de 30 o 40 metros, me decía que buscara las espaldas de los centrales y eso me marcó. Le hice caso y empecé a jugar con más segundos de ventaja. Es un entrenador muy inteligente.

- ¿Y tuvieron algún contacto fuera de la cancha?
- Vivíamos relativamente cerca, nos tomábamos algún café, conocí a su familia, a sus dos hijas, a su esposa. Él me invitó como en tres oportunidades a tomar café, a comer y a cenar. Tengo lindos recuerdos de Reinaldo.

- ¿Rueda le habló de sus sueños en el fútbol?
- Él siempre se proyectó, pero era mesurado en sus comentarios. Era bien convincente en lo que hablaba. Ese Cortuluá estaba último y terminamos octavos, siendo que lo tomó descendiendo. El profesionalismo siempre lo tuvo, su visión era dirigir equipos grandes en Colombia y pudo dirigir selecciones también.

- ¿Cómo evalúa el paso de Rueda por la Roja?
- Lamentablemente los medios lo atacan, lo cuestionan mucho y no lo han dejado trabajar, tener un proceso tranquilo. Tiene esta pandemia, agarró los problemas de los jugadores, ese mango caliente del problema que hubo de Claudio Bravo con Arturo Vidal. Tomó una selección muy especial.

- ¿Ha tenido contacto con él en los últimos años desde que llegó al país?
- No, es muy difícil. Una vez traté en un hotel, pero es difícil. Me gustaría comunicarme con él, saludarlo, pero no he tenido cómo. Espero que él lea esto y a través de ustedes le mando un cariñoso saludo y me alegra profundamente que me recuerde.

- Después de esa etapa en el extranjero jugó en Puerto Montt y Naval. ¿Luego a qué se dedicó?
- Terminé de jugar el 2003 ahí, en Naval, que creo que fue el peor año futbolístico que tuve y decidí retirarme, aún teniendo posibilidades de ir a otros equipos, pero los problemas económicos me desmotivaron, nos pagaban cada tres meses. Fue una mala experiencia. Hoy trabajo en algo nada que ver con el fútbol. Estoy en Asmar, empresa de la armada, que construye buques, pero estoy en el área administrativa. Llevo ya 15 años.

- ¿Y qué le dijeron por su aparición en los medios?
- Se ríen. Me echaron algunas tallas: que compré al técnico, que son puras mentiras, que no soy yo (risas).