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La joya de la Sub 17 del 2015

Actualizado a

Cinco años se cumplen de la participación de Chile en el Mundial Sub 17 llevado a cabo en nuestro país. La expectativa en torno a un buen desempeño de la escuadra conducida por Miguel Ponce se basaba entonces en la localía, pero en los primeros partidos quedó claro que la diferencia física ante los rivales era considerable y no había mucho qué hacer. La Roja se despidió, tras caer por 4-1 en octavos de final ante México, luego de avanzar en el torneo como mejor tercero.

De todos los que participaron en esa Copa del Mundo, Ignacio Saavedra es hoy indiscutiblemente el jugador con mayor proyección. El volante central de Universidad Católica era uno de los titulares en el mediocampo del equipo de Ponce y, un lustro después, ha sido capaz de mantenerse en la primera línea futbolística del país. Su paso siguiente en el mediano plazo debería ser partir a jugar en el extranjero.

Lo de Saavedra es un caso atípico en el medio chileno. Su rasgo sobresaliente, y que le ha permitido ser titular fijo en el mejor equipo nacional de las últimas temporadas, es la comprensión o entendimineto del juego. No es un velocista, tampoco un fortachón, ni un malabarista con la pelota, pero maneja un aspecto clave en los deportes colectivos, como lo es el fútbol: la dimensión táctica.

El cruzado le pone cerebro al juego y no necesita en exceso de las otras cualidades para imponerse. Al respecto, a Saavedra dos variables le permiten un rol hegemónico en la cancha: el manejo posicional y la resolución expedita de cada acción.

El volante de la UC siempre se encuentra bien ubicado por delante de la línea defensiva. De esta forma, es la primera barrera de contención cuando sobreviene el contraataque o el penúltimo escollo con el equipo bien parado en defensa antes de que el cuadro rival amenace a la retaguardia cruzada.

La resolución fluida de las acciones tiene que ver con sus interacciones con balón. Es un purificador del juego en la zona media, resolviendo a dos o tres toques, lo que permite que el fútbol de la UC vaya normalmente hacia adelante o para atrás como desahogo cuando la presión oponente es máxima. Estamos frente a un "6" moderno que permite que el balón circule con diligencia y no se trabe en una zona de máximo riesgo ante cualquier pérdida.

Saavedra sobrevive en un sector donde se genera identidad. Los comportamientos de su volante central muchas veces son un indicador de cómo colectivamente se maneja una oncena. Algo así como "Dime que '6' tienes y te diré cómo juega tu equipo". Cinco años después de su aparición en escena con la Roja Sub 17, hoy caemos en la cuenta de que la vedadera joya de esa selección menor era el mediocampista cruzado. No los mencionados en aquel momento.