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El gran dilema de Quinteros

Gustavo Quinteros registra cinco partidos al mando de Colo Colo y el mal desempeño de los albos no cesa. Se esperaba una recuperación ante Iquique, pero otra vez la fuerza de los hechos dejó en evidencia que el equipo no funciona. Y eso que la derrota por 2-0 en el Monumental ocurrió contra un rival que, pocos días atrás, se vislumbraba tan entrampado en sus falencias como el Cacique.

Un detalle táctico ha llamado la atención en la etapa inicial de Quinteros, aunque se preveía que así ocurriera. Tiene que ver con el sistema de juego que ha empleado el DT, quien ha insistido en una organización posicional que antes no dio resultados con Mario Salas ni después en el extenso interinato de Gualberto Jara. Durante todo el 2020, los albos siempre han alineado con un esquema 1-4-1-2-3.

Era previsible que así aconteciera. Quinteros logró el éxito con Universidad Católica empleando este sistema de juego, en 2019. Su implementación fue rápida, puesto que ya en la Copa Viña del Mar, durante la pretemporada de ese año, lo esbozó y luego no se alejó ni un ápice del ordenamiento táctico. De hecho, no tuvo problemas en "borrar" a Diego Buonanotte de la titularidad, pues no calzaba en el esquema, que excluye al '10' típico y es reemplazado por la presencia de un doble '8'.

Sin embargo, este Colo Colo no guarda ninguna relación con la UC que le heredó a Quinteros el español Beñat San José. Los cruzados no eran un equipo brillante, pero la seguridad en defensa y el alto poder de finiquito en ataque los encaminaron sin grandes dificultades al título del 2018. Por cierto que los rasgos de juego mencionados, no han estado presentes en la decepcionante temporada del Cacique, lo que hoy aumenta las dudas en torno a la insistencia del DT por el sistema 1-4-1-2-3.

El argumento fácil para sustentar la decisión de Quinteros transita en el sentido de que el plantel se estructuró, a comienzos de año, bajo los parámetros de este sistema de juego. Por lo tanto, hoy no se contaría con el recurso humano corcordante con las demandas planteadas por otros esquemas. Sin embargo, la cosa no esta funcionando, queda cada vez menos tiempo y da toda la sensación de que el DT debe avanzar hacia una nueva propuesta posicional.

Aparte del sistema empleado por Quinteros, existen otras tres opciones a las que pudiera recurrir el entrenador del Cacique: 1-4-4-2, 1-3-3-2-2 y 1-3-4-3. Son las fórmulas más empleadas en la actualidad. El esquema 1-4-2-3-1 queda excluido, debido a que también es parte del pasado reciente de Colo Colo, con bajos resultados tal como los de hoy (Salas  lo empleó cuando Jorge Valdivia estuvo en condiciones de jugar, en 2019). 

La particularidad de las tres alternativas de ordenamiento posicional es que comparten dos rasgos de juego que claman hoy los albos: bloque compacto en fase defensiva y transición fluida hacia un ataque organizado con volumen alto. En el fondo, implementadas en forma adecuada, las propuesta tácticas pueden garantizar defender con muchos (línea de 4 más la colaboración de los dos externos o línea de 5 por el repliegue de los carrileros junto al trío de centrales), pero también situar en la fase final del proceso ofensivo, al menos, a cuatro hombres. 

Como sea, Quinteros tiene la última palabra.